El pleno del Parlamento Europeo ha dado este miércoles su visto bueno al acuerdo alcanzado el pasado noviembre entre instituciones para introducir límites más estrictos a la exposición de los trabajadores al plomo y otras sustancias peligrosas que puedan encontrarse en el entorno laboral.
En concreto, la revisión de los umbrales permitidos reduce el tope en el caso del plomo de 0,15 miligramos por metro cúbico (0,15 mg/3) a 0,03mg/m3 e introduce por primera vez topes a los diisocianatos -sustancias vinculadas a enfermedades respiratorias como el asma.
Es la primera vez desde 1982 que se actualizan los niveles máximos permitidos para el plomo en el entorno laboral y supone rebajarlos a una cuarta parte de los valores actuales. La Comisión Europea, además, tendrá que revisar estos límites en un plazo de cinco años para proteger mejor a las trabajadoras en edad fértil, teniendo en cuenta los últimos datos científicos. En el caso de los diisocianatos, la nueva ley establece el límite en 6 microgramos de NCO/m3 (la concentración máxima a la que un trabajador puede estar expuesto durante una jornada laboral de ocho horas) y en 12 microgramos de NCO/m3 para la exposición a corto plazo (es decir, un período de 15 minutos). La Comisión Europea revisará estos límites para 2029.
La reforma busca reforzar la protección de la salud en sectores que se verán impulsados por la transición verde y los objetivos de neutralidad climática, dado que son sustancias de uso habitual en la renovación de edificios y en la fabricación de baterías, turbinas eólicas y para que los vehículos eléctricos sean más ligeros.
Los nuevos límites, pendientes aún de la adopción formal por parte de los Veintisiete, ha salido adelante en la sesión de Estrasburgo (Francia) con 589 votos a favor, 10 en contra y 40 abstenciones.
Según datos comunitarios, entre 50.000 y 150.000 trabajadores están expuestos al plomo y 4,2 millones de trabajadores a diisocianatos cada año en el conjunto de la Unión Europea.