Desde que Dejan Bodiroga se convirtió en presidente de la Euroliga sustituyendo a Jordi Bertomeu tras 22 años de mandato y Marshall Glickman se convirtió en el CEO del torneo, la máxima competición europea no ha sufrido apenas cambios y se ha limitado a seguir la misma línea marcada anteriormente por Bertomeu.
Sin embargo, los nuevos dirigentes ya están preparando novedades a medio plazo con el objetivo de abrir la Euroliga a nuevos mercados, generar mayor espectáculo y, en definitiva, conseguir más ingresos para los clubes participantes.
En este sentido, uno de los objetivos es permitir a más clubes que se unan al torneo, atrayendo así nuevos seguidores e inversores. No es ningún secreto que dos de las ciudades que más interesan y a las que mayor potencial ve el torneo son Londres y París, y buen ejemplo de ello es que los London Lions y el Paris Basketball se sumaran el pasado verano a la Eurocup, quizá con el objetivo de allanar el terreno para un futuro aterrizaje en la Euroliga, que no tiene ningún representante británico.
Otra alternativa que atrae a los nuevos directivos y que lleva un tiempo en las conversaciones sobre futuribles de la Euroliga es la de que Dubai tenga su propio equipo. El dinero no sería ni mucho menos un problema para los Emiratos Árabes Unidos, que tendrían potencial tanto para crear uno de las plantillas más competitivas del torneo de la noche a la mañana como para aportar una importante inyección económica en forma de patrocinios.
De hecho, Dubai ya sonó como posible sede de la Final Four de esta temporada y no es descartable que consiga albergar la fase final del torneo en los próximos años.
Cambio de formato
Claro que para poder hacer un hueco a estos tres equipos habría que dejar a alguno de los actuales fuera del torneo o cambiar el formato de competición, ya que el calendario, que ya está apretado actualmente y que ha suscitado numerosas quejas, no soportaría la incorporación de más partidos.
La opción de dejar a equipos fuera, con la inversión que están realizando clubes como el Mónaco, las expectativas generadas por históricos como la Virtus o el Partizan y el posible regreso del CSKA una vez termine la guerra, parece poco probable, y es el cambio de formato el que está cogiendo más fuerza.
De hecho, según detalla José Ignacio Huguet en Mundo Deportivo, actualmente está sobre la mesa la posibilidad de crear una Euroliga de 22 equipos y dividirla en dos divisiones, algo similar a lo que ocurre en la NBA, y terminar de esta manera con el sistema de liga pura implantado en 2016.
La idea es que los clubes se midan en dos ocasiones, ida y vuelta, contra cada uno de los componentes de su división de once (un total de 20 partidos), a los que se sumaría un solo enfrentamiento contra los once clubes de la otra división, alcanzando así la cifra de 31 enfrentamientos de fase regular, tres menos de los 34 que se disputan en el actual formato.
Los mejores clasificados de cada división pasarían a disputar el play off, aunque también cabe la posibilidad de seguir el modelo utilizado por la NBA desde la pandemia y realizar un play in, de forma que más equipos estén implicados en la pelea y no haya clubes descolgados a mitad de temporada.
En Estados Unidos, por ejemplo, los seis primeros clasificados de cada división se clasifican directamente para el play off, mientras que los situados entre el séptimo y el décimo puesto disputan un pequeño torneo a un solo partido para determinar los dos clasificados restantes.
Numerosas incógnitas
Este nuevo formato, en caso de terminar implantándose, significará que no todos los equipos pasarán por todos los pabellones, ya que los equipos de distinta división solo se verán las caras en una ocasión, en casa de uno u otro equipo. Si el Baskonia y el Efes están en distinto grupo, por ejemplo, es posible que los alaveses jueguen en Estambul, pero los turcos no pasen por Vitoria en toda la temporada.
Es una incógnita si se decidirá por sorteo o por algún otro factor en qué cancha se jueguen esos partidos, al igual que se desconoce con qué criterio se distribuirán los equipos en cada división: por cercanía geográfica como en la NBA, por sorteo, según la clasificación de cursos anteriores...
El caso es que la directiva de la Euroliga, guste más o menos a los aficionados, está decidida a realizar grandes cambios que permitan maximizar sus ingresos, como ya dejó claro el CEO Marshall Glickman en la entrevista que concedió al exbaskonista Joe Arlauckas el pasado mes de diciembre, en la que habló también de la posibilidad de llevar algunos partidos de la fase regular a otros continentes. La nueva Euroliga ya está en el horno.