La exclusión financiera es uno de los problemas a los que se enfrenta un sector no pequeño de la sociedad. La digitalización de los servicios bancarios y el ahorro de costes que ha emprendido desde hace años las entidades de crédito -en uno de sus mejores momentos en cuanto a beneficios- está provocando que descienda el número de puntos de acceso, así como de oficinas. Por contra, crece el de cajeros automáticos, según los datos de un reciente informe del Banco de España sobre esta cuestión.
El documento ‘La accesibilidad presencial a los servicios bancarios en España’ recoge el estado de esa cuestión y su evolución en 2023. Un análisis del que se extrae que la brecha digital persiste, pese a la proclamaciuón de intenciones en los últimos años, por parte de administraciones y bancos, de reducirla. Un problema que se cronifica, sobre todo desde la reactivación que siguió a la pandemia y que perjudica especialmente a los segmentos de poblaión de mayor edad, así como a aquellos con menor capacidades económicas y recursos educativos.
El informe considera puntos de acceso al conjunto de las oficinas bancarias, los cajeros automáticos y los medios alternativos, como los servicios de Correos y las sucursales móviles, que prestan servicios financieros. A lo largo de 2023, el número de puntos de acceso presencial a los servicios bancarios experimentó un ligero descenso en España, pasando de 68.320 a 67.943. Supuso una reducción del 0,55% respecto al año anterior, una caída más moderada, a su vez, en comparación con la de 2022, que fue del 0,8%. La reducción de puntos de acceso fue consecuencia de la caída tanto del número de oficinas de las entidades de depósito españolas registradas (47 oficinas menos, hasta las 17.603) como del de los medios alternativos de acceso presencial (330 puntos de acceso menos, hasta los 50.342). No obstante, y tal y como recoge el informe, “esta descomposición entre la evolución de las oficinas y la de los canales alternativos está afectada por la recalificación, por parte de una entidad, de un elevado número de agentes (169) como oficinas bancarias”, puesto que sin tener en cuenta esta permuta, el cierre de oficinas bancarias habría sido superior, con 216 oficinas menos en total, en lugar de 47. Los agentes financieros son personas físicas o jurídicas a las que una entidad otorga poderes para actuar en su nombre frente a la clientela, negociando o formalizando operaciones típicas de una entidad de crédito.
El BCE quiere acelerar la entrada del euro digital
El problema de la exclusión financiera y sus implicaciones en la cohesión social sigue manteniéndose en un momento en el que a esta circunstancia se suma el ingente debate sobre el euro digital. El economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane, advirtió esta semana sobre la necesidad de acelerar su implantación. ¿El motivo? Europa es cada vez más dependiente de operadores extracomunitarios como Visa y Mastercard en el comercio y las transacciones online, al tiempo que ve como compañías estadounidenses de tecnología (Apple Pay, Google Pay y PayPal) están acaparando cada vez más mercado. Esto supone minar la autonomía europea en esta materia, especialmente en un momento en que la confianza de la UE en las relaciones con Estados Unidos se ha visto dañada por las políticas arancelarias de Donald Trump. Además, la inquietud crece también por el hecho de que la nueva administración estadounidense va a fomentar la introducción de criptomonedas vinculadas al dólar, lo que puede dañar también al euro.
No obstante, alrededor del euro digital aparecen también las mismas cuestiones que con las transacciones con tarjeta. Las dudas en torno a la privacidad, la seguridad y el posible ensanchamiento de la brecha social que ya está suponiendo buena parte de la economía digital se están acrecentando. En este sentido, el informe del Banco de España rescata que “las encuestas disponibles apuntan a que, en términos generales, los clientes bancarios prefieren realizar sus gestiones de forma presencial en lugar de por vía telemática”. Además, recoge el análisis, “las personas mayores muestran una preferencia sensiblemente mayor que otros grupos poblacionales por el canal presencial, en particular por la oficina bancaria”. Una preferencia que también se observa en los usuarios con menor nivel de renta y menor nivel educativo. Los datos de la Encuesta Financiera de las Familias incluidos en este informe también subrayan que “entre los hogares que no usan la banca online, la mitad declaran falta de conocimientos; más del 40%, miedo a que les engañen o a hacer algo mal, y un tercio, que no les gusta Internet”.
El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, ha querido también rebajar la preocupación en torno a las implicaciones del euro digital. Según ha señalado esta misma semana, la idea es proporcionar una moneda emitida por banco central que permita a los usuarios hacer pagos de persona a persona, en comercio físico, en comercio electrónico, y hacerlo en el conjunto del área del euro “sin ninguna restricción”, que supone “la gran aportación” de este proyecto desde el punto de vista de los medios de pagos. La intención, dijo, es que se pueda pagar sin conexión a Internet, lo que refuerza el anonimato.
El descenso en el número de oficinas bancarias en 2023, pese al balance negativo que implica, refleja la estadística más contenida en este apartado desde el año 2009, ya que en todos los años siguientes se cerraron siempre más sucursales. Constituye, pues, el retroceso más matizado en más de una década, fruto de la presión de diversas iniciativas, como la campaña ‘Soy mayor, no idiota’. Puesta en marcha en 2021 por el médico valenciano jubilado Carlos San Juan, reclamaba una mejor atención a los mayores por parte de los bancos, logrando el compromiso por parte del sector financiero y del Gobierno central de atender mejor las necesidades de este grupo de población.
Por contra, la cifra de cajeros automáticos aumentó ligeramente en 2023, un 0,3%, lo que sirve para compensar, aunque sea levemente, la reducción de oficinas disponibles. Sin embargo, las variaciones no son homógeneas en todas las comunidades. Así, según el informe del Banco de España, el número de puntos de acceso presencial aumentó en Baleares (un 2,8%), en Extremadura (un 0,6%) y en Nafarroa y Castilla y León (un 0,1%). Por el contrario, se redujo en Madrid y Euskadi (en torno al 2%), y en Asturias, La Rioja y Cantabria ligeramente por encima del 1%. Según el informe, en 2023 había 2.879 municipios de menos de 500 habitantes, en los que residen unas 424.000 personas y suponen el 72,2% de los municipios de ese tamaño y el 35 % del total de los municipios españoles, que no tenían ningún punto de acceso presencial a los servicios bancarios. También había 190 municipios de más de 500 habitantes (un 4,6 % de los de ese tamaño en España), en los que residen unas 166.000 personas, que tampoco tenían acceso presencial. Los municipios que ya no cuenta con servicios financieros de manera presencial están más presentes, según el análisis, en el norte de Extremadura, algunas zonas de Castilla-La Mancha, Euskadi y Catalunya.
En lo que se refiere a la utilización de los diversos servicios, para el 39% de las personas mayores de 64 años, la oficina bancaria fue el canal más utilizado en 2024, lo que representa hasta 18 puntos porcentuales más que para el conjunto de la población. Además, en lo que concierne a la banca online, más del 90% de las personas de los segmentos poblacionales de mayor renta declaran haber utilizado este sistema, frente al 43,6% de las personas que lo declaran dentro del grupo con menor renta. “Estos resultados muestran la existencia de una notable brecha en el uso de la banca online en la población española, con porcentajes de utilización muy bajos entre las personas de mayor edad, menor nivel educativo y menor nivel de renta”, concluye el informe.