La exdirigente de ETA Ainhoa García Montero, Laia, considerada hasta su detención en mayo de 2003 jefa de los comandos de ETA, ha aceptado una condena de 26 años y 9 meses de cárcel al admitir su participación en el asesinato en 2000 de Joxe Mari Korta, presidente entonces de la patronal de Gipuzkoa (Adegi).
Lo ha hecho en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Nacional en el que se enfrentaba a una petición de la Fiscalía de 30 años y medio de cárcel, que el fiscal Carlos García Berro ha rebajado a cambio de su confesión y al que se ha adherido el representante de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y la defensa de la acusada.
Ha reconocido los hechos
Al ser preguntada por la presidenta del tribunal Teresa Palacios si reconocía los hechos, la acusada se ha limitado a responder afirmativamente en euskera.
Posteriormente, el fiscal ha anunciado que modificaba sus conclusiones provisionales, de tal modo que dejaba su petición en 25 años de cárcel por un delito de homicidio terrorista y en un año y nueve meses el de falsificación de documentos, así como una multa de 2.700 euros. Penas a las que finalmente será condenada tras reconocer los hechos.
Descontar las penas cumplidas en Francia
Según han informado fuentes jurídicas, al aceptar esta condena evita llegar al límite de los 30 años de cárcel, lo que le permitirá descontarse las penas a las que fue condenada en Francia, donde fue detenida, tal y como establece la reciente reforma legal que beneficiará a los presos con condenas previas en otros países de la UE.
Con la vista puesta en esta reforma, "Laia" ha optado por confesar con un simple "bai" (sí en euskera) su participación en el atentado que acabó con la vida del empresario Joxé Mari Korta, de 56 años, cuando salía de su empresa, Korta, ubicada en el polígono industrial Gorostiaga de Zumaia el 8 de agosto del 2000.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, García Montero, entonces integrante del comando Buruntza, y otro miembro de la organización ya condenado, trasladaron un Fiat Tipo robado hasta el aparcamiento que estaba frente a la empresa y lo aparcaron en paralelo a un coche que solía utilizar la víctima.
A media mañana, cuando Korta salió del edificio y subió al coche, la acusada y su compañero hicieron detonar un explosivo a distancia, empleando un radio mando desde una carretera cercana, la GI-3760.
Ese Fiat Tipo, explica la Fiscalía, había sido robado por "personas no determinadas pertenecientes al comando Erezuma" el 2 de agosto.
La acusada y su compañero cambiaron las matrículas por otras falsificadas y colocaron "un artefacto compuesto por entre 15 a 20 kilos de gelatina explosiva o dinamita tipo goma" dentro de una tartera en el maletero, dice el ministerio público.
Por este atentado, la Audiencia Nacional condenó en 2003 a Ibon Etxezarreta y Patxi Xabier Makazaga a 25 y 27 años de cárcel, respectivamente.
García Montero fue arrestada en mayo de 2003 en Saintes, en el suroeste de Francia, y ha sido condenada tanto en España como en Francia.
Otras condenas
Entre las condenas que acumula se encuentra la que le impuso 22 años de prisión por acceder a armas y explosivos que se usaron en atentados como en el que murieron el ertzaina Mikel Uribe y el ex gobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jauregi.