La exdirigente de Vox y presidenta de Gobierna-te, Cristina Seguí, ha sido juzgada este miércoles en un juzgado de lo Penal de València por publicar un vídeo en el que aparecen dos menores -de 12 y 13 años cuando sucedieron los hechos- que denunciaron una violación grupal en Burjassot.
Este caso de violencia sexual fue denunciado en mayo del año pasado y cuatro de los cinco autores aceptaron penas de entre tres y cinco años de internamiento -uno de ellos era inimputable por ser menor de 14-.
La fiscal atribuye a Seguí los delitos de revelación de secretos, con la agravante de género y contra la integridad moral, y le reclama una indemnización de 15.000 euros, mientras que la acusación particular, que ejerce el letrado Juan Carlos Navarro, eleva esta petición hasta los 50.000 euros.
En el vídeo difundido por Seguí aparecen las dos menores y otra niña amiga de ambas, también menor, en un directo en Instagram que fue grabado por el entorno de los presuntos violadores y difundido.
En esa grabación, las menores comentaban que su caso había salido en televisión, que probablemente habría un juicio y que una de ellas seguramente sería citada como testigo.
La difusión que hizo Seguí de ese vídeo fue acompañada del texto: "Está todo mal, no es una niña de 12 sino de 15 o 16, el sexo fue acordado y consentido y lo hicieron para hacerse famosas en TV gracias a medios de difusión como vosotros".
Además, posteriormente afirmó en un canal de YouTube que "las menores estaban fabricando una prueba falsa y que merecían que sus padres les pegasen una hostia".
A juicio de la Fiscalía, este comentario persigue el "menosprecio de las víctimas de una agresión sexual por su condición de tales, por tratarse de adolescentes de sexo femenino con el conocimiento de que podría provocar reacciones encendidas tanto dirigidas a ellas como a las víctimas de delitos sexuales, tal como efectivamente se produjo, llegando a ser 'trending topic'".
En su declaración ante el Juzgado de lo Penal número 10 de València, Seguí ha sostenido que el vídeo que ella difundió ya estaba publicado en las redes sociales, que no reveló ningún dato personal de sus protagonistas y que, al verlo, tuvo la impresión, por el comportamiento de las niñas, de que no era posible que hubiesen sufrido una agresión sexual.
Una de las madres de las menores que aparecían en ese vídeo ha declarado que, desde la difusión del mismo, su hija ha tratado de suicidarse, ha tenido que cambiar dos veces de instituto e incluso de localidad de residencia, y que recibe tratamiento psicológico.