La expedición contra la ELA toca el campo base del Everest

Miguel Ángel Roldán “se ha superado a sí mismo” lanzando un grito de vida contra el diagnóstico de esclerosis lateral amiotrófica desde los 5.350 metros de altitud, pasado ya el campo base del Everest, que la expedición que partió de Zalla el 14 de octubre había planeado como su objetivo inicial. Así, se convierte en el paciente de esta enfermedad actualmente sin tratamiento en alcanzar una cota más elevada. Frente a la cima más alta del planeta, el cordobés reivindicó “una vida más digna, unos cuidados expertos continuados para las personas afectadas y más inversión en investigación con el objetivo de que, de una vez por todas, se halle cura, según trasladaron sus compañeros.

Desde el municipio encartado le ha animado en la distancia Pablo Olmos, el vecino de Zalla que inspiró el proyecto de la mano de la asociación local Dar Dar con una primera cordada a la Antártida en 2018. Dale CandELA, Saca la lengua a la ELA, Adela EH y Adela Andalucía se han ido uniendo en las iniciativas posteriores al Teide, el Naranjo de Bulnes, Bruselas para visibilizar esta dolencia ante la Unión Europea –en un trayecto en barco y bicicleta cubierto por el getxotarra Jaime Lafita– y el Himalaya, como símbolo del frío que forma parte de los síntomas, el deterioro del cuerpo, la lucha ante el olvido, la amistad y el apoyo de quienes rodean a los pacientes y la gran cumbre de la cura para la esclerosis lateral amiotrófica que están convencidos de que llegará.

La jornada decisiva del domingo comenzó “a las 6.00 horas con un intenso frío que complicó el inicio del trekking”. Por el terreno “rocoso y muy escarpado” del glaciar Khumbu se abrió paso hasta “Gorak Shep, donde la expedición, integrada por una treintena de personas”, muchas que han viajado desde Enkarterri, dispuso de un breve descanso antes de continuar hacia la meta que se había establecido Miguel Ángel Roldán.

Dos años de retraso por la pandemia han valido la pena. Ahora el montañero de Zalla Unai Llantada sigue hasta el Ama Dablam, la montaña preferida de su amigo Pablo Olmos.