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El Congreso de los Diputados ha rechazado este miércoles la propuesta de implementar un impuesto extraordinario a las grandes empresas energéticas, una medida que el Gobierno de Pedro Sánchez había presentado como clave para financiar medidas sociales frente a la crisis energética. La iniciativa no logró los votos necesarios tras el rechazo de PP, Junts y PNV.
La medida, que buscaba gravar los beneficios extraordinarios de las compañías de energía generados durante la crisis energética, ha sido objeto de un intenso debate. Mientras el Gobierno español defendía su urgencia para aliviar las tensiones económicas de las familias y pequeñas empresas, los grupos que se opusieron argumentaron que la propuesta era insuficiente, mal diseñada o incluso perjudicial para la inversión en el sector.
Con esta derrota parlamentaria, el Gobierno pierde una de sus apuestas más destacadas en materia fiscal. Por su parte, las grandes empresas energéticas respiran de momento aliviadas, tras semanas de presión mediática y política.
La caída de esta medida plantea interrogantes sobre la capacidad del Gobierno de Sánchez para sacar adelante otras iniciativas en el actual contexto de fragmentación política.