La falta de rodaje en la moto provocada por la pandemia agita la siniestralidad vial en Euskadi

donostia – De un tiempo a esta parte el asfalto es de las motos grandes y altas; de esas que rugen a cada golpe de muñeca sin tener una envoltura puramente deportiva. Para el recuerdo quedan aquellos ciclomotores de placa amarilla, trampeados muchos de ellos, conducidos por adolescentes que callejeaban por pueblos y ciudades con un ruido que taladraba y una velocidad espeluznante para el carenado tan escaso que tenían. Su alta siniestralidad –golpes de chapa casi siempre, aunque también los hubo con consecuencias irremediables– y que no estuvieran obligados a pasar ITV hizo que los seguros se fueran inflando hasta sacar de la carretera a este tipo de vehículos.

Son los dos extremos de un mundo, el de las dos ruedas, que pese a las diferencias de cilindrada y al tiempo transcurrido sigue preocupando a las autoridades por su elevada tasa de accidentalidad. Tanto, que el Gobierno Vasco recuperará los cursos de conducción segura para motoristas de máquinas de media y alta cilindrada. El objetivo es prevenir para evitar accidentes; que aprendan habilidades y mejoren destrezas. Porque sí, los reflejos y la capacidad de reacción e incluso el modo de conducción también se han visto afectados por la pandemia. Básicamente porque se ha salido a la carretera con muchas ganas sin haber kilometrado lo suficiente.

Este año 12 motoristas han fallecido en las carreteras vascas (en todo 2019 fueron nueve) y la mayoría iban a los mandos de un pepino de más de 600 cc. Únicamente hay dos expedientes abiertos para motos de 125 cc: uno en febrero en Donostia en un tramo urbano (Avenida de la Libertad) y otro en Irun; en este último caso, en las estadísticas de la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco se notificó como factor concurrente la inexperiencia de la persona conductora.

Sin otros vehículos En la mayoría de estos accidentes mortales no ha habido ningún otro vehículo implicado. Lo que significa que la velocidad inadecuada, la falta de habilidad y experiencia, el consumo de alcohol o drogas, el estado de la carretera y de la moto o un simple descuido pudieron tener algo que ver en el siniestro. La propia Sonia Díaz de Corcuera, directora de Tráfico del Gobierno Vasco insistía, en declaraciones a este periódico, en que "es fundamental trabajar la sensibilización para la prevención; es decir, tomar medidas antes de que se produzcan accidentes".

Este año, hasta mediados del pasado mes de junio, se habían registrado 205 siniestros con motoristas implicados y la mayoría (172) se produjeron en tramos interurbanos. Los más graves están datados en días con el asfalto seco, en tramos de curvas y con buenas condiciones de visibilidad. Y eso es precisamente lo que preocupa y desconcierta por igual a las autoridades y a los clubes de moteros. "Es importante fomentar la destreza en la conducción de motocicletas para evitar que, precisamente, esa falta de pericia pueda derivar en un accidente", trasladaba Díaz de Corcuera.

Los socios de estas asociaciones hacen hincapié en la necesidad de mejorar la señalización y el estado de esas carreteras secundarias por las que tanto gusta abrir gas a los motoristas, pero también contemplan el factor humano como cooperador necesario en los accidentes. Más aún este último año y pico marcado por la pandemia y sus confinamientos y restricciones a la movilidad que han reducido las salidas y han recortado las rutas. Todo ello influye en la pérdida de práctica a la hora de trazar curvas, por ejemplo, o en el momento de darle al mango (acelerar), lo que puede ser crucial para bien o para mal. Aunque como insiste Mario García, motero y portavoz del RACVN, los accidentes "no siempre son achacables a la culpa del conductor". Las amenazas se llaman guardarraíles y baches principalmente, y también elementos como puntos de luz o señales de tráfico en la zona de trayectoria.

Y los factores externos "Y luego está la caída. No es solo caer, sino cómo y dónde caer. Si hay un obstáculo puede ser lesivo. Muchas veces, los siniestros se producen porque ha habido un golpe con un bordillo, con un árbol, una farola... En la mayoría de los casos está el factor humano, pero no hay que descuidar el factor externo como el mantenimiento de las vías", expresaba este propietario de una naked, una Bandit 650. "Los riesgos están ahí..., Pero que esté en una zona de trayectoria un árbol o una farola.... Hay que tener esa percepción y eso es labor de las administraciones. Hacer campañas está bien, pero no poner en trayectoria un obstáculo, también".

Más de 250 moteros ya han recibido clases especiales para mejorar sus habilidades con formación teórica y práctica en las distintas iniciativas puestas en marcha dentro de la estrategia Ponte en mis ruedas del Gobierno Vasco que, además, ha editado dos decálogos con consejos para una conducción segura de motocicletas que incluyen tanto recomendaciones para las salidas en solitario como en grupo. Algunos de ellos básicos como que la seguridad empieza por la equipación, que la moto y la ruta escogida sean las adecuadas al nivel o mantener la distancia de seguridad porque significa más tiempo de reacción ante cualquier imprevisto en la carretera.

"Es necesario extremar la prudencia en todo tipo de vehículos y de manera especial en aquellos en los que el cuerpo humano es la única protección por lo que la vulnerabilidad es mucho mayor", apostillaba la directora de Tráfico. Y retorcer la oreja (acelerar a tope) a una erre (moto deportiva) o a una trail tan de moda en los últimos tiempos en chancletas y bermudas o con mocasines y pantalones de pinzas no es lo más lógico ni lo más oportuno.

El 45% de los fallecidos tenía entre 31 y 50 años, treinta años o menos el 37% y otro 18% más de 50 años. Los tiempos cambian y ahora hay elementos de seguridad activa de los coches que están llegando a las dos ruedas: ABS, control de tracción,... Incluso algunas scooter empiezan a tener ese sistema antibloqueo de los frenos.

Y cada vez se habla más del airbag para motoristas. Recetas para evitar accidentes y males mayores hay muchas, pero como ya advirtió la OMS hace casi dos décadas, la única vacuna capaz de evitar más muertes asociadas a la siniestralidad vial es cumplir las normas.

La cifra

14,5%

Parque de motos. Desde el año 2015 la cifra de motos se ha disparado un 14,5% en Euskadi. Las últimas encuestas sobre este asunto (del año 2019) indican la existencia de 136.700 unidades lo que supone el 10% del total de vehículos empadronados en el conjunto de la CAV.

Factores

Siniestralidad. Según informaban desde la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco, conducir a una velocidad inadecuada es uno de los principales factores de accidentes en este colectivo, junto con los adelantamientos antirreglamentarios, las distracciones, la falta de pericia, no llevar el equipamiento adecuado o consumir alcohol y drogas.

Velocidad

Campañas de control. La Ertzaintza, en colaboración con las Policías Locales, reforzará la campaña de vigilancia y control de velocidades de motocicletas el fin de semana del 24 y 25 de julio y el del 31 de julio y 1 de agosto. El objetivo es tratar de evitar accidentes graves como los que se han cobrado la vida de 11 motoristas y una ocupante de motocicleta en Euskadi: seis en Gipuzkoa, cinco en Bizkaia y uno en Araba, al que se podría sumar el de otro vizcaino fallecido recientemente en un accidente de carretera en la localidad cántabra de Ontón.

Las Carreteras

Siniestros entre 2015 y 2021

N-634340

GI-636256

A-887

BI-63787

GI-213286

GI-2050

GI-4145

AP-844

N-63742

BI-71141

Accidentes (2015-2021)

Araba

201542

201631

201741

201850

201949

202053

202113

Gipuzkoa

2015258

2016299

2017260

2018266

2019270

2020231

202187

Bizkaia

2015214

2016238

2017216

2018236

2019223

2010195

2021105