No mide exactamente las palabras, aunque muestra una prudencia excepcional. No le gusta meterse en los territorios peligrosos a los que lleva la fama, en su caso una fama a la que llegó al casarse hace dieciocho años con uno de los toreros españoles más mediáticos, Manuel Díaz El Cordobés. Cuando se conocieron en 2002 él acaba de divorciarse y tenía una hija pequeña con la ahora diseñadora Vicky Martín Berrocal. Virginia Troconis ha sabido lidiar con éxito con las servidumbres de la popularidad y recalca que no va de nada y tampoco se cree nada. Siempre que puede acompaña a su marido a la plaza y nunca le ha pedido que se retire: “Le conocí así”, dice simplemente. Ahora, como tanto famoso, lanza un libro y expresa sus ganas de aprender sobre lo que sea y de ser todo lo feliz posible en un mundo que retrata cada uno de sus pasos.
PERSONAL
Edad: 41 años (25 de diciembre de 1979).
Lugar de nacimiento: Valencia (Venezuela).
Familia: Está casada con el torero Manuel Díaz y tienen dos hijos en común: Manuel y Triana.
Trayectoria: Era una conocida modelo en Venezuela cuando en 2002 inició una relación con el torero Manuel Díaz, El Cordobés. Se casaron dos años después. Ella dejó de su profesión y siguió a su marido por las plazas en las que toreaba. Ha picoteado en televisión, pero siempre desde una manera muy discreta. Con él ha participado en dos realities: ¡A bailar! y MasterChef celebrity. Actualmente escribe un blog sobre vida sana, estilo y salud. Es muy deportista y ha corrido la maratón de Nueva York junto a Manuel Díaz. Acaba de publicar un libro titulado Comida, vamos a llevarnos bien, que firma con el nutricionista Pablo Ojeda.
No teníamos ni idea de que usted fuera una experta en nutrición.
Ja, ja, ja… No voy de nada, no soy nutricionista, ni soy periodista, ni tampoco escritora. Este libro nace después de la pandemia, cuando se nos removieron muchas cosas. Empecé a hacer directos de recetas los domingos y se puso en contacto conmigo Pablo Ojeda, que sí es nutricionista, y me propuso cocinar juntos. Empezamos a hacer directos, y no veas. No parábamos de hablar los dos y él daba respuesta a muchas de mis inquietudes. En este libro yo hablo desde mi experiencia, desde lo que vivo y de cómo llevo mi filosofía de vida, y él desde una manera más técnica y profesional.
¿Es buena su relación con la comida?
Siempre ha sido buena, pero quizá ahora he conseguido la respuesta a muchas cosas. En la alimentación influyen muchísimos factores. En la subida y bajada de peso, hay estudios que lo dicen, influyen 200 factores, y la comida es solo uno de ellos, pero cuando se quiere adelgazar se le da demasiada importancia a lo que comemos. He tenido una buena relación con la alimentación, y la tengo, porque siempre he sido consciente de su importancia, aunque ahora la disfruto de otra manera. La comida es disfrutar, compartir con la familia y los amigos.
Estamos obsesionados con las dietas.
Tenemos demasiado interiorizada esa palabra y decimos: Vamos a empezar el lunes. Pero, ¿qué es una dieta? Prohibir, restricciones. Dieta tendría que ser un régimen de vida. A todo el mundo no le funciona lo mismo.
Supongo que usted no usa dietas ni prohibiciones, porque siempre se la ve estupenda.
Gracias. Algunos me dicen que tengo suerte, que es genética. Soy como soy gracias a lo que hago. Disfruto de comer bien, de comer saludable, y disfruto de hacer deporte. Pienso que es la mezcla ideal. No me obsesiono con nada. Siempre digo que la alimentación es un 70% y el deporte un 30%. Si voy con mis hijos y tengo que comerme una hamburguesa, me la tomo, pero disfruto más con la quinoa, pollo o atún.
¿Es buena cocinera?
Me gusta, me gusta hacer cosas nuevas, que los platos sean bonitos… Me gusta todo lo que rodea a una mesa. Disfruto de la preparación en la cocina con Manuel. Disfrutamos más los fines de semana.
Es una mujer famosa por su matrimonio con un torero. ¿Cómo le afecta?
Si te soy sincera, no considero que me afecte la fama. He conseguido paz, tranquilidad y estabilidad, así que creo que la fama me afecta menos de lo que pueda parecer desde fuera. No me siento criticada, me considero afortunada. Pienso que la gente me quiere y me respeta por cómo soy. No me gustan las polémicas y no tengo nada en contra de nadie. La vida ya es muy complicada, ¿por qué nos la vamos a complicar más?
Y muy corta.
Exacto. Las cosas malas vienen solas, ¿para qué complicarnos en más? Tengo mi vida, me dedico a mi esposo, a mis hijos, a disfrutar de mi casa, a trabajar, y no le digo que no a nada. Soy muy curiosa, emprendedora, y tengo ganas de aprender. Tengo mi parcela y no me siento ni criticada ni observada.
Está casada con un hombre famoso que tiene una historia anterior e intensa antes casarse con usted. ¿Le ha resultado difícil lidiar con el pasado de su marido?
Quizá lo fue más cuando tenía 22 años, pero creo que conseguí superar esos malos momentos. Imagínate, 22 años, sin mi familia aquí y con un torero once años mayor que yo, recién divorciado y con una niña. Fácil, fácil, no era. Tú lo decías, la vida es muy corta y tras superar los primeros momentos de dificultades supe que tenía que ponerme en los zapatos de otros. Yo me decía: Si tengo un hijo y me voy con otra persona, ¿qué querría? Que lo quisieran y respetaran. Así que ella (Alba) siempre tenía su sitio y Manuel, mi marido, tenía su vida anterior, una vida que yo he respetado mucho. Hay que respetar los espacios de las personas, siempre.
El papel de la madrastra no siempre es bien visto. ¿Cómo se lleva con la hija de su marido?
Perfectamente. Eso no quiere decir que haya sido siempre un camino de rosas, pero esto es igual para Alba, Manu o Triana (los dos últimos son hijos suyos con Manuel Díaz). Los niños son complicados, tienen adolescencia, y Alba siempre ha sido una más en casa. No he tenido más problemas con ella que los que haya podido tener con los míos.
¿Notó mucho el cambio cuando se vino de Venezuela?
Claro, aunque me adapté, me sentí querida y respetada. Siempre tuve a Manuel a mi lado, y lo sigo teniendo. Además, llevamos una vida muy sencilla. Manuel y yo compartimos muchas cosas y nunca me he sentido sola. Por supuesto que echo de menos a mi familia, pero aquí tengo una relación muy intensa.
¿Cómo lleva lo de convivir con una persona que arriesga su vida ante un toro?
Lo conocí así y acepté estar con él sabiendo a lo que se dedicaba. Es difícil saber que cada vez que sale se está jugando la vida, pero creo mucho en el destino. Él disfruta lo que hace y yo estoy a su lado porque me gusta compartir lo que hace, acompañarlo en los momentos antes de una corrida y después en la plaza.
Las mujeres de los toreros se suelen quedar en el hotel o en casa esperando una llamada, usted no.
Es verdad. Llamaba mucho la atención el que yo fuera a las plazas, pero quería estar con él. Se sufre igual en la habitación de un hotel que en la plaza. No te acostumbras al riesgo que corre, pero vives con ello.
El mundo de los toros esta polarizado entre quienes lo defienden y quienes lo denostan y muestran su rechazo más absoluto.
Creo que hay un movimiento en contra de todo, pero pienso que la gente tiene que respetar. Hay cosas que no me gustan y las respeto. La de torero es una profesión que está muy arraigada en este país.
¿Se llevaría un disgusto si su hijo le dijera que quiere ser como su padre?
No creo que me lo llevase, y sé que no va ir por ahí. Siempre he considerado que es muy importante que valoren lo que su padre ha hecho y lo que hace.
¿No le ha pedido a su marido que se corte la coleta en algún momento?
No, y sería incapaz. Como he dicho, le conocí sabiendo a lo que se dedicaba, luego sería injusta si lo hiciera. Si yo tuviera una profesión y me dijeran que me dedicara a otra cosa, no haría ni caso y me molestaría mucho. Además, Manuel es una persona muy íntegra, muy honesta y digna. Cuando él considere que no tiene que seguir, no lo hará. De momento es feliz, disfruta de lo que hace, y es torero. Yo quiero que disfrute, que se sienta a gusto y que sepa que estoy a su lado siempre.
Participó en la primera edición de MasterChef celebrity. ¿Cómo fue su paso por este reality?
Me encantó y lo disfruté muchísimo. Sufrí, lloré y lo viví intensamente porque yo soy así, muy intensa. Fuimos los primeros, la avanzadilla, los conejillos de Indias, pero fue estupendo. Una experiencia magnífica. Pensaba que solo íbamos a ir a aprender a cocinar y no, es un programa de televisión muy bonito y en él se viven cosas muy intensamente. Aprendí mucho y si me dicen que tengo ir de nuevo, lo haría de cabeza.
Ya ha comentado que no dice que no a nada...
Entendámonos, dentro de un orden hay cosas a las que no digo que no, pero me refiero a lo profesional.
¿Y qué es lo que le interesa profesionalmente en la vida?
Un poco de todo. No me dedico solo a la televisión, también trabajo en la oficina de Manuel, llevo mi casa, me gusta trabajar y no digo que no a casi nada. Ahora me puedo dedicar un poco más a las cosas que me gustan porque los niños están más grandes. Me gusta aprender, empaparme de muchas cosas, me gusta la tele y me gusta el libro que he hecho con Pablo.
Diga un plato de la cocina venezolana que no ha olvidado.
No he olvidado nada de la cocina de mi país. Me encanta el pabellón criollo, que es el plato típico de Venezuela y tiene tantos sabores... A veces lo hago en casa, aunque es un plato para comerlo y disfrutarlo allí. Tiene caraotas (alubias negras), tiene carne, arroz blanco, plátano macho, arepas y queso. Si quieres saber algo que me lleve a momentos especiales, serían los desayunos en casa de mi abuela. Ella ya no está. Este libro es para mi abuela, porque fue quien me llevó a interesarme por la cocina.
¿Qué le sorprendió de la cocina española?
El cocido. La sopa, los garbanzos con la carne, el chorizo, la morcilla… Todo eso, me parecía tan contundente. En Venezuela no se come de forma tan contundente. Es uno de mis platos preferidos.