La familia de la periodista estadounidense-palestina Shirín abú Aklé, muerta durante una incursión militar israelí en Cisjordania el pasado 11 de mayo, ha remitido una carta al presidente estadounidense, Joe Biden, en la que acusa a la Administración norteamericana de "blanquear" su muerte y "perpetuar la impunidad" israelí.
Las conclusiones de la investigación independiente realizada por la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la muerte de la periodista coinciden con la evaluación realizada por las autoridades palestinas, que apuntan a las fuerzas israelíes como responsables de la muerte de la reportera.
En la carta, la familia de la periodista de Al Yazira expresa su "sensación de traición" por la "miserable respuesta" de Estados Unidos ante el "asesinato extrajudicial" de la periodista a manos de fuerzas israelíes en Yenín.
En particular critican que a pesar de todas las pruebas recogidas por la prensa y las organizaciones de Derechos Humanos que apuntan a una "ejecución extrajudicial", "su Administración ha negado minuciosamente cualquier mínima posibilidad de una investigación rápida, minuciosa, creíble, meticulosa, creíble, imparcial, independiente, eficaz y transparente".
"En su lugar, Estados Unidos ha coqueteado con el borrado de cualquier delito de las fuerzas israelíes" para finalmente "asumir el 4 de julio la narrativa del Gobierno israelí", ha argumentado la familia de la periodista.
Además, la familia ha solicitado reunirse con Biden durante su inminente visita a la región "para que pueda escuchar directamente de nosotros nuestras demandas de justicia" y "proporcionarnos toda la información reunida por su Gobierno sobre la muerte de Shirín".
Las conclusiones de la investigación desmontan además la narrativa de que existiera actividad de palestinos armados en las inmediaciones de la posición donde se encontraban los reporteros, como apuntó Israel en su momento. El Ejército israelí admitió varios días después la posibilidad de que la periodista muriera de un disparo efectuado por sus propias fuerzas pero siempre de manera no intencionada.