Harold Pinter, Nobel de Literatura, bajo la mirada del referencial Daniel Veronese a través de un reparto compuesto por Miguel Rellán, David Castillo, Fran Perea, Alfonso Lara, Juan Carlos Vellido y Silma López. Poco o nada puede salir mal a la hora de compartir entre las butacas del Principal la obra Retorno al hogar, nueva apuesta de Producciones Teatrales Contemporáneas. La cita en Vitoria se va a producir este viernes a las 19.30 horas. Eso sí, casi no quedan entradas.
Aunque en su caso, el cartel de completo está cerca, lo cierto es que en estos meses los espectáculos en vivo están sufriendo tras el final de las restricciones por la pandemia. ¿Ya volverá el agua a su cauce o la cosa pinta muy mal?
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Es verdad que ha habido una pérdida de público muy importante, sobre todo entre la franja que va de los 25-30 años a los 50. Dentro de sus planes de ocio, antes existía ese ir al teatro una vez al mes, por ejemplo, mientras que ahora, a causa de la pandemia, ha cambiado su modelo de ocio por uno que pasa por quedar con los amigos, tomarse algo y luego irse a casa para ver tres capítulos de la serie que les gusta. Es un público que habrá que ir recuperando poco a poco. El gran problema para la cultura con la pandemia es que la gente ha cambiado ese modelo. Habrá que ir con calma, pero confío en volver poco a poco a las cifras de asistencia de antes.
En el caso de ‘Retorno al hogar’, solo con los nombres del reparto, la dirección y la autoría, la apuesta tiene que salir bien sí o sí.
Es una suerte de espectáculo, una de esas producciones que te tocan una en bastante tiempo. Yo tenía muchísimas ganas de trabajar con Daniel Veronese y, por supuesto, con Miguel Rellán y todo el resto de compañeros. Es que es gente a la que admiro y no hay nada mejor que subirte al escenario con personas por las que tienes tanta devoción.
Es una historia dura.
Como dice Veronese, es una función que ataca al sistema nervioso central. Nos habla de algo muy instintivo. Está la familia, que es una institución que es nido y cárcel al mismo tiempo. Claro, esa doble cara no siempre se gestiona bien. En este caso, a eso le tienes que añadir personajes que están solos y que pelean solos, aunque estén físicamente juntos. Eso hace que conformen una jauría. Efectivamente es una función dura que nos habla de temas que nos preocupan a todos desde un punto de vista muy crudo. Eso sí, también hay mucho sentido del humor, mucho absurdo.
Cuando sobre las tablas hay caras tan conocidas, ¿cómo se hace para que el público vea al personaje?
Siempre he pensado que si alguien va al teatro a ver al Fran Perea que espera, pues mira qué bien. Luego ya te digo yo que la mayor parte de las veces, se olvida y se centra en el personaje. De hecho, hay muchos espectadores que se acercan después de las obras y me dicen que no se esperaban verme en ese cambio de registro. En mi responsabilidad como actor está también el ir al teatro e intentar sorprender a la gente.
Por cierto, en un montaje como este donde hay tanto primer espada, ¿complicado lo de gestionar los egos?
No ha habido ni medio ego que gestionar (risas). Sí, somos intérpretes conocidos o mediáticos, si lo quieres decir así, pero todos venimos de hacer mucho teatro, sabemos muy bien lo que es y lo que significa, y sabemos que el teatro está más en la importancia del trabajo que hace el otro, más que en el que hace uno. Trabajamos por un objetivo común que está por encima de cualquier otra cosa.
Empezaron en Avilés el pasado septiembre la gira con este montaje, pero al mismo tiempo Fran Perea tiene su agenda de conciertos, está a punto de lanzar un disco muy especial, y sigue con sus otras ocupaciones en distintos medios. ¿De dónde saca el tiempo?
Yo también me lo pregunto (risas).
¿Por qué esa inquietud?
Realmente, uno tiene proyectos sobre la mesa que quieres hacer e intentas sacar tiempo de donde no hay. En este caso, como te decía antes, es que tenía muchas ganas de trabajar con Veronese y cuando se presentó la oportunidad, tenía que decir que sí. Eso me llevó a paralizar lo que estaba haciendo con Pablo Piñeiro, Lo que te contaron del amor, pero hemos retomado algunos bolos. Y para el año que viene estamos preparando una muy buena gira con la publicación de Uno más uno son 20. Si hay voluntad, las cosas se pueden hacer. Y tengo la suerte de estar con gente que entiende esta multiplicidad de facetas y que trabaja para hacerlo posible.
En algún tiempo muerto, llega a casa, pone la televisión y es fácil encontrar un canal donde estén emitiendo ‘Los Serrano’. ¿No es extraño verse tantos años después?
Yo me lo tomo bien. Lo que me da rabia es no tener los 20 y pico años de entonces (risas). No todo el mundo tiene la suerte de haber hecho una serie que se sigue reponiendo y sigue siendo un éxito. Fui muy afortunado por poder hacer aquello. Y que la pongan lo que quieran. La vida está para divertirse.