"El 29 de julio de 2023 puede ser un día histórico para la Pelota Vasca", apunta la nota de prensa difundida hoy por la Federación de Euskadi (EEPF) de este deporte. Y no es una exageración. La Asamblea Extraordinaria de la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV) convocada para mañana podría marcar un antes y un después en la disciplina. No en vano, de ella podría salir la admisión de la EEPF como miembro de pleno derecho del organismo que rige la pelota a nivel mundial.
A las 11 de la mañana en Ciudad de México, las siete de la tarde en Euskadi, arrancará en el auditorio del Comité Olímpico Méxicano una jornada con dos puntos del día. El primero es la modificación de los Estatutos de la FIPV, promovida por las federaciones de Francia, México y Argentina. Sólo si esta saliera adelante se abordaría el segundo punto, en el que se sometería a votación la integración de la Federación de Euskadi. Antes de ello tendría lugar la intervención de Enaitz Olaeta para defender esta opción. El presidente de la Federación Vizcaina de Pelota es el designado por la EEPF, de cuya junta directiva es miembro, para exponer las razones por las que esta entidad debería pasar a forma parte de la Internacional.
No será una tarea sencilla. Para validar ambas propuestas, tanto el cambio estatutario como la admisión de la EEPF, es necesaria una mayoría cualificada de dos tercios de la asamblea. En ella están representados 15 países que suman un total de 76 votos. Nueve de ellos pertenecen a la Federación Española de Pelota (FEPelota), que ya ha manifestado públicamente su férrea oposición a debatir la integración de la Vasca en la FIPV, una postura en la que ha recabado el apoyo del resto de federaciones deportivas estatales. Ello ha desembocado en un conflicto en el seno de la junta directiva de la Internacional, saldado con el cese de Julián García Angulo, presidente de la Española, como secretario general de la Internacional.
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La negativa frontal de la FEPelota a que Euskadi pueda estar representada en la FIPV y competir como selección en las competiciones oficiales auspiciadas por la Internacional no es una buena señal, pero tampoco es nada nuevo. Es la misma postura que adoptó en 1994 y 2002, cuando la EEPF también solicitó ser miembro de pleno derecho de la FIPV. Entonces, no encontró los apoyos suficientes para sacar adelante su propuesta. Pero, en su nota de prensa, la Federación de Euskadi se muestra esperanzada en que las cosas sean diferentes ahora: "Se espera que la petición tenga mayor recorrido ya que la legislación española, mediante la reciente aprobada ley 39/2022, facilita y avala dicha petición".
Este cambio normativo es el establecido en la nueva Ley del Deporte de España, ratificada en diciembre del año pasado. En su artículo 48.2, se contempla que "las federaciones deportivas autonómicas podrán participar directamente en el ámbito internacional, si la federación internacional correspondiente contempla su participación, en el caso de modalidades o especialidades deportivas con arraigo histórico y social en su respectiva Comunidad Autónoma, o bien en el caso de que la federación autonómica hubiera formado parte de una federación internacional antes de la constitución de la federación española correspondiente". Obviamente, el caso de la EEPF encaja en el primero de los supuestos planteados.
Este punto 2 del artículo 48, fruto de negociaciones entre partidos, es el que ha permitido a la EEPF llevar esta vez tan lejos su reivindicación, hasta lograr que se estudie una modificación estatutaria de la FIPV que permita la integración de una federación autonómica, puesto que en la actual reglamentación, la condición de miembro de pleno derecho está reservada a "federaciones nacionales de países reconocidos como Estados soberanos/independientes por la Comunidad Internacional".
Además de esta viabilidad legal, la defensa que Enaitz Olaeta hará de la integración de Euskadi en la FIPV apela a otras motivaciones, como la identitaria, según la cual "la sociedad vasca anhela ser representada de manera oficial por su selección en un deporte que fue inventada por sus ancestros"; la competitiva, basada en la representación de "200 clubes y 6.200 deportistas" que abarcan todas las especialidades de la pelota; y la económica, por el impulso que supondría para el deporte y la propia FIPV el respaldo de un "territorio moderno y avanzado".
Con todo, y aun en el caso de que la admisión de la EEPF saliera mañana adelante, a sus responsables les quedarían aún otros obstáculos que salvar. Y es que el citado artículo 48.2 de la Ley del Deporte también dictamina que "la participación de la federación deportiva autonómica en competiciones oficiales internacionales se producirá previo acuerdo con el Consejo Superior de Deportes" y que "tal acuerdo conllevará el apoyo conjunto a la integración de la federación autonómica en la federación internacional". Debe contarse, por tanto, con la voluntad política de un organismo gubernamental dependiente en la actualidad del Ministerio de Cultura y Deporte, cuyas directrices pueden variar en función de cómo quede conformado el próximo ejecutivo de España. Se trata, por tanto, de una carrera de fondo que puede verse mañana impulsada o paralizada. Y en el horizonte se sitúa el Campeonato del Mundo de la Pelota Vasca que la FIPV organizará en Bizkaia en 2030, lo que la nota de la EEPF plantea como "un claro ejemplo de la apuesta generosa que realizamos por el impulso internacional de nuestro deporte, a pesar de no poder estar oficialmente representados de momento. Añaden desde la Federación de Euskadi que, "con nuestra inclusión, el mundial de Pelota Vasca adquiriría niveles nunca vistos hasta este momento". La incógnita de si en él competirá la selección vasca de forma oficial puede empezar a despejarse mañana al otro lado del Atlántico.