La feria agrícola abarrota la plaza Otxartaga de Ortuella

Varios centenares de personas se adueñaron del espacio libre que entre puesto y puesto dejó la XIX edición de la Feria agrícola ganadera de Ortuella celebrada este domingo en la plaza Otxartaga lo que sin duda contribuyó a marcar un nuevo hito de asistencia de público a esta cita con el sector primario de Ezkerraldea, Meatzaldea y Enkarterri.

Una asistencia masiva que pudo corroborar la diputada de Medio Natural y Agricultura, Arantza Atutxa quien como tantos visitantes abandonó la feria con más de una bolsa cargada de producto local del sector primario de la zona.

Un gentío que desde primera hora de la mañana procesionó por los más de 40 puestos agrícolas y artesanales, el recinto ganadero que acogió a más de 40 animales de granja, el escenario principal donde la música de la Ortuellako musika eskola, las voces de la coral Uri-Oste y las danzas vascas fueron las protagonistas, y el pequeño recinto preparado para deleitarse con la exhibición de los barrenadores de Burdin Gazteak de Ortuella, campeones de todo en la pasada edición, y los siempre guerreros del equipo Errekatxo de Barakaldo.

“Llevamos varios años viniendo a esta feria y siempre está al pil-pil. La verdad es que la zona de Ezkerraldea, Meatzaldea y Enkarterri tiene su empuje y la verdad es que nos gusta venir a ver sus propuestas, como la muestra de animales y la exposición y venta de los productos de la tierra que, además, vemos que esta cita está atrayendo a las nuevas generaciones a estos mercados a pie de calle”, señalaba la diputada foral quien incidió en el hecho de que el producto ferial es muchas veces “más fresco que en ningún otro sitio".

Atutxa, que estuvo acompañada del alcalde de Ortuella, Saulo Nebreda, reconoció que en su visita de ayer se divirtió mucho viendo las clases de ordeño que Itziar Zubizarreta, de la granja Murrieta de Galdames, impartió entre las y los más pequeños que, con más o menos decisión, se animaban a tomar las ubres de Olatz, una frisona de 5 años preñada y extraerle un poco de leche.

No fue la única alternativa para los más pequeños que además de ver en vivo y de cerca a animales de granja como ponis, vacas de leche y carne, ovejas, cabras, burros o caballos, pudieron dar rienda suelta a su imaginación con un taller de biomateriales en el que pudieron elaborar diversos pigmentos con residuos orgánicos y crear obras de arte infantil, gastar energía a raudales con los castillos hinchables instalados en el aledaño frontón municipal.

Con mucho gusto

No fueron solo los txikis quienes disfrutaron de la oferta ferial con puestos donde podían elegirse todo tipo de viandas –el colesterol pasará factura a más de un asistente gracias a los talos que se vendían en dos abarrotadas txosnas– y asombrarse con el colorido tapiz que teje la primavera. “Ahora las flores están en su esplendor. Todas ellas: las aromáticas, las arbustivas, la alimentarias,…” señalaba Laura López de Viveros Gordexola mientras preparaba un pedido de vistosas petunias.

No fueron flores precisamente los que buscaban Alazne Arce, una joven premamá recién instalada en Ortuella y que salió encantada de su primera asistencia a la feria, ni sus amigas Amaia Fontaneda y Ugaitz Fernández que enseñaban a DEIA la recolección hecha en la jornada ferial en la que sobresalían varios tipos de quesos –curados, semicurados, de cabra y queso de oveja con ajo negro–, yogures, leche, pastel vasco, la Gilda del Norte con boquerón y otra con picante, “porque hay que ponerle un poco de picante a la vida”, apuntaba Amaia.

Ella, al igual que sus compañeras, señalaba que los precios “no nos han dejado temblando la cartera. Un poco más caros sí, pero bueno. No son productos que busques a diario y son de muy buena calidad”, aseguraban