“Estoy absolutamente impresionada por lo que estoy viendo en la ferrería. Nunca hubiera imaginado que existiera este impresionante entorno donde conviven con tanta cordialidad la naturaleza y la actividad humana”, acertaba a resumir una joven madre bilbaina que este sábado acudió al conjunto monumental ferro-molinero de El Pobal acompañada de sus dos hijos. Iker de 5 años y Alex, un terremoto de 2 años que no paró de regar los plantones de haya, roble y fresno plantados en la finca, y de investigar a los retoños como si esperara que gracias a su aporte de agua fueran a asomarse a través de los protectores instalados por el ferrón Luisma Turuelo.
Este sábado se plantaron media docena de árboles en el marco de la celebración adelantada del Día Internacional de los Bosques (21 de marzo) y del Día Mundial del Agua, que desde 1993 se conmemora el 22 de marzo, en una zona de pradería de esta finca de más de 33.000 m2 propiedad de la Diputación foral de Bizkaia desde 1990 y que se encuentra embutida entre la carretera comarcal que une Muskiz con el municipio de Galdames y el río Barbadun.
Un río cuyas aguas, atemperadas por una presa aguas arriba del histórico complejo, transcurren mansas a través de un angosto canal por donde se regula la fuerza motriz que mueve el molino harinero y los fuelles de piedra y el gran martillo pilón de la ferrería construida por el linaje de los Salazar en el siglo XV.
“Ahora mismo la ferrería está parada, ya que estamos procediendo a la renovación de las 12 palas que mueven el agua para hacer funcionar los fuelles de piedra que generan el aire que necesita el hogar donde se trabaja con el hierro y el martillo pilón donde se da ley al hierro y se elaboran las piezas que luego se desarrollan en la fragua por parte del herrero”, explicó Silvia Ruiz, coordinadora de la jornada que reunió a más de 90 personas en torno a esta doble propuesta celebratoria.
Compromiso
“En torno al agua, este es el año del compromiso, llamado así porque, como reza el lema del día mundial, Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo, cada uno de nosotros debe ser consciente del compromiso por mantener las aguas limpias y de realizar un consumo sostenible”, destacó Silvia Ruiz, quien adelantó a DEIA que en Semana Santa se llevará a cabo una jornada especial en la que la aguas del Barbadun serán las protagonistas de la mano del programa Ibaialde promovido por el Gobierno vasco. Esta actividad, en la que tomarán parte activa los visitantes que se acerquen a El Pobal permitirá testar la salud de este río ferrón que nace en las estribaciones del monte Kolitza. “En esta actividad cogeremos muestras de varios puntos del río, limpiaremos las orillas del cauce y analizaremos las muestras y sus resultados se remiten al Gobierno vasco. A tenor de los resultados históricos realizados con este programa podemos decir que la salud del Bardadun es muy buena”, apuntó Ruiz.
En el caso de los bosques la celebración este año está más enfocada a la relación de los árboles con la salud y la nutrición, si bien en El Pobal los frutales son una ínfima parte del sotobosque que rodea al complejo preindustrial. “Pensamos que como una gran parte de nuestros visitantes vienen de entornos urbanos estaría bien poner de relieve que El Pobal es uno de nuestros pulmones naturales, donde el agua y los bosques son parte esencial del complejo, además de representar un importante patrimonio histórico”, destacó Ruiz. En esta edición, como novedad, los txikis colaboraron activamente en la construcción de la txondorra con la que se extraía el carbón vegetal para la ferrería.