EL que haya fibra óptica, es como que haya luz. Cuando hay luz, suceden cosas. Si la fibra no llega a casa, no pueden suceder esas cosas como ver la televisión, conectar alarmas o que un negocio fundione”. Así de contundente se mostró Javier Benito, director de Telefónica en Euskadi durante la jornada Conectividad, un eje vertebrador de Bizkaia. Y precisamente en el Territorio Histórico es donde se está desplegando un proyecto de despliegue de fibra óptica que “llegará a 7.621 portales de Bizkaia, que comprenden 8.190 viviendas y negocios”, tal y como reseñó Marta Martín, directora de DEIA, que ejerció como maestra de ceremonias. Este despliegue sitúa al territorio como un referente a nivel mundial ya que “para encontrar un lugar con una conectividad similar habría que ir a Corea”.
Este proyecto nació en “abril de 2020” en pleno confinamiento en los domicilios por el coronavirus. “En esa época la pandemia nos mostró a todos que teníamos un problema de brecha digital”, apuntó Imanol Pradales, diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, quien puso la mirada en las zonas más diseminadas del territorio. “Teníamos la necesidad de tomas alguna decisión urgente para atender a estas zonas adonde no estaba llegando la conectividad de alta calidad”, expuso. Para ello, “siendo conscientes de que en los tres siguientes años no estaba previsto que hubiera un acceso a internet ultrarrapido en banda ancha”, desde la institución foral se puso en marcha un plan dotado con “10 millones de euros” para que las buenas conexiones lleguen a numerosos rincones de Bizkaia de “dificilísimo acceso”.
La llegada a todos los rincones del Territorio Histórico se ha hecho de la mano de Telefónica que, según detalló Javier Benito, “tiene un trabajo manual y muy arduo detrás”. “Lo primero que se hace es analizar en la oficina cómo realizar la conexión, qué permisos hay que ir solicitando… pero antes de llegar a la calle el trazado va variando”. De hecho, “a día de hoy hemos hecho 48 kilómetros de canalizaciones y 41 kilómetros de postes, ya que se pone un poste cada 50 metros. Además, cada 200 metros hacemos una arqueta para que, en caso de averías, un operador pueda trabajar”. Esas labores las desempeñan “15 equipos formados por 50 personas que trabajan en la calle mientras que en la oficina trabajan 16 personas realizando trabajos de ingeniería, de permisos, diseñando redes...”.
Entre los beneficiados por la llegada de la fibra óptica a sus lugares de residencia y de trabajo están Sandra Aras, de la explotación ganadera Ametsleku en Karrantza, y Alberto Agirrebeitia, de la casa rural Lurdeia en Bermeo. “Todos tenemos la imagen de la parte rural que está anclada en el tiempo pero no es así. Hay un gran desconocimiento de cómo funciona una granja y está totalmente digitalizada”, comentó Aras para quien “el acceso a la fibra ha sido fundamental para nosotros ya que nos permite acceder a mucha información sin estar presencialmente”. En esa línea de mejorar sus prestaciones también se mostró Agirrebeitia ya que su establecimiento hotelero tiene una gran repercusión internacional ya que diferentes empresas de valoración le sitúan como uno de los mejores del mundo. “Nuestra proyección internacional es muy potente y necesitamos internet”, refrendó. De hecho, esa mejor conexión a través de fibra les ha permitido, por ejemplo, “hacer publicidad de una manera más fácil”.
Esa inversión de “10 millones de euros” está teniendo influencia en los vizcainos ya que como insistió Pradales “somos responsables que con el dinero de todos, tenemos que intentar ayudar a todos. Esta iniciativa era muy necesaria”.
Imanol Pradales
“La conectividad digital es una cuestión de cohesión territorial e igualdad”
Equilibrio territorial. “El ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital establece un concepto de zonas blancas que son aquellas zonas que en los siguientes tres años no está previsto que haya un acceso a internet ultrarrápido en banda ancha. Y si nosotros como Diputación no nos metemos, la llegada de la conexión en alta calidad a zonas diseminadas en Bizkaia no se iba a producir”, explica Imanol Pradales, diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, sobre la decisión del ente foral de invertir “10 millones de euros” para hacer llegar a 8.190 hogares y negocios la banda ancha. Desde que se puso en marcha este plan en 2020 -“ya que nos dimos cuenta que había que poder acceder a una pantalla para tener acceso a servicios”-, “el despliegue está siendo rápido teniendo en cuenta la geografía y orografía de Bizkaia ya que tenemos que llegar, en muchas ocasiones, a puntos muy complicados de accesibilidad”. Extender a tantos puntos del Territorio Histórico la fibra “es una cuestión de cohesión territorial, de equilibro y de igualdad”. Las previsiones marcan que “acabemos el año 2023 con el 99,53% de todos los núcleos diseminados con acceso a banda ultrarrápida. Estamos acabando la conexión de 3.100 puestos, estamos en obras en 3.386 y en fase de permisos en 1.630”. Pradales hace una comparación para entender la importancia de disponer de una buena conexión: “Cuando se piensa en carreteras, las personas solicitan que haya un acceso seguro y rápido. La conectividad digital tiene mucho de acceso rápido y seguro”. Una conexión que llega a toda la población de Bizkaia.
Javier Benito
“Tenemos claro que lo que queremos es conectar personas”
Fibra y 5G en Bizkaia. El director de Telefónica en Euskadi, Javier Benito, conoce decenas de situaciones en las que rencillas vecinales, familiares, etc. han impedido la llegada de la fibra a ciertas zonas. Sin embargo, el máximo responsable señala que “tenemos claro que lo que queremos es conectar a las personas”. Y para lograr ese objetivo es fundamental disponer de una red de fibra de alta calidad que permita una velocidad que llega a los “200.000 kilómetros por segundo”. El trabajo con esta tecnología no se ciñe solo a los hogares, “llegaremos al 95% de ellos”, sino que también alcanza a las estaciones de telefonía móvil. “Tenemos fibra en todas las antenas móviles de Bizkaia para que con el 5G todo vaya más rápido”, expone Benito que con esta iniciativa “vamos a lograr un territorio vertebrado tanto con esas conexiones en los portales como a nivel de 5G en Bizkaia”. Una vez finalice el despliegue de la fibra por las zonas más diseminadas se abre un nuevo horizonte de negocio. “Hay que llenar de contenidos, lograr que Bizkaia, todos los vizcainos y negocios la utilicen para ser más eficientes. Puedes tener más ocio o más servicios en casa o a nivel industrial”, apunta el director de Telefónica en Euskadi. Ser puntero y eficiente en un ámbito de negocio se puede presentar como un objetivo gracias a la implantación de la fibra. De hecho, Benito tiene claro que “la fibra es la base de los próximos 40 años en los que Bizkaia puede seguir estando en la cresta de la ola a nivel industrial, a nivel de negocios, de hogares, porque esta conectividad que tiene Bizkaia no existe a nivel europeo”.
Sandra Aras
“Las vacas tienen acceso a un robot de ordeño las 24 horas del día”
Todo robotizado. “La gente no sabe cómo ordeñamos una vaca”, asegura Sandra Aras, de la explotación ganadera Ametsleku en Karrantza. “La vaca va a ordeñarse cuando ella quiere. Tiene acceso a un robot de ordeño las 24 horas del día”, detalla Aras quien precisa que a ese robot se le indican “unos parámetros para hacer un ordeño rentable ya que no es lo mismo una vaca que da 20 litros de leche al día que otra que da 60 litros al día cuando está en el pico de lactación”. Esos indicadores permiten que la puerta se abra o no para que la vaca se “quite esa mochila que es su ubre”. Esas herramientas que tienen ahora mismo a disposición les permiten controlar toda la explotación ganadera sin estar físicamente presentes y adelantarse a futuros acontecimientos. “La fibra es fundamental. Puedo acceder a un montón de información sin estar presencialmente. Además, antes cuando veías a un animal enfermo, ya estaba enfermo. Ahora las máquinas nos dicen que tiene poca actividad, que ha perdido peso… por lo que nos permite adelantarnos”, asegura Aras para quien esa buena conexión a internet les “facilita mucho la buena gestión de la granja” ya que “el medio rural tiene mucho de cabeza pero todavía más de corazón”. La gestión de la higiene de la explotación también está robotizada. “Las heces se recogen con una roomba gigante que se va moviendo por el espacio y está programada”, comenta la ganadera que precisa que “tiene un punto de descarga donde deposita las heces”. De hecho, “todo ha evolucionado y lo rural también”, sentencia.
Alberto Agirrebeitia
“Queríamos que la fibra llegara pronto, recogimos firmas y enviamos cartas”
Proyección internacional. Hablar del establecimiento hostelero Lurdeia supone hablar de un local con miras internacionales. No en vano, diferentes medios especializados sitúan a esta casa rural como una de las mejores del mundo. “Disponer de internet ha sido ponernos en el mundo”, afirma Alberto Agirrebeitia, uno de los cinco socios de Lurdeia. Antes de que Lurdeia naciera, ya existía Lurkoi. “Es una explotación ecológica que lleva funcionando 34 años. De la ciudad dimos el salto al campo”, subrayó Agirrebeitia para quien esa decisión le permitió “cumplir un sueño”. Veinte años más tarde, “inauguramos Lurdeia y para tener proyección internacional necesitábamos internet”. En los inicios “nos comunicábamos por internet a través de la radio y tenía un coste bestial”. Así, que cuando se presentó la oportunidad de que la fibra llegara hasta su establecimiento no lo dudaron. “Cuando oímos la noticia, fuimos a por ello. Nuestro objetivo es que viniera pronto y para ello recogimos firmas y posteriormente enviamos cartas”, desgrana el propietario. Sin embargo, en algunas ocasiones los permisos retrasan la llegada de la fibra por lo que, para evitar ese problema, “adquirimos los terrenos colindantes y limpiamos toda la línea por debajo”. Esos terrenos son 22 hectáreas en las que vamos a plantar árboles autóctonos” para mantener vivo ese espíritu de establecimiento ecológico que distingue a Lurdeia. Ahora, gracias a la buena conexión”, pueden “utilizar un aula de reuniones para empresas” que antes de la llegada de fibra a Lurdeia impedía que se usara con más frecuencia ese espacio.