A falta de tan solo cinco días para el Día D, como si de un amistoso de preparación de un equipo deportivo fuese, medio millar de donostiarras han abarrotado en la mañana de este domingo el Teatro Principal para escuchar algunas de las melodías más emblemáticas de la Tamborrada a cargo de la Banda de Txistularis. Sin tambores, eso sí, pero con numerosos acompañantes, desde el coro Donostiarrak Abesbatza, la soprano Klara Mendizabal y el barítono Rubén Ramada, hasta el bertsolari Beñat Gaztelumendi y dantzaris de Orixe Ikastola y Zuhazti Ikastola, la fiesta ha calentado motores de cara a lo que está por llegar este viernes.
Tras dos años para olvidar a causa de la pandemia, hay ganas de Tamborrada en Donostia. Así lo demuestran las 500 invitaciones que han volado para poder ver el tradicional concierto-pregón de la Banda Municipal de Txistularis. Como ya hicieran hace un año, la formación ha regresado al Teatro Principal, pero, esta vez, no por culpa del coronavirus, sino por la demanda. Las 200 personas de aforo del salón de Plenos del Consistorio ya se quedan pequeñas para ellos, por lo que parece más que evidente que su nueva residencia seguirá en el teatro de la Parte Vieja durante, al menos, unos años más.
Con unos ligeros minutos de retraso para que todas los espectadores, la mayoría de ellos cargados con paraguas ante el diluvio que caía en el exterior, cogieran sitio, la Banda de Txistularis arrancó su particular Día de San Sebastián con la Marcha de Alcaldes Donostiako Biltzar Nagusiak: 1831. Ha sido de las pocos temas que el director de la formación, José Ignacio Asensio, no ha presentado previamente. Haciendo gala de sus conocimientos musicales y de su sentido del humor, el txistulari, escritor y payaso, ha conversado continuamente con el público.
“Este es un tema que habla de una Donostia diferente a la de hoy en día –en referencia a la marcha que abrió el concierto–, aunque por la necesidad que tenían de seguir ampliando la ciudad fuera de las murallas, el problema de la vivienda no ha cambiado”, ha bromeado durante su primera intervención. Con los espectadores ya en el bolsillo y la música iniciada, el resto de invitados han ido desfilando sobre el escenario del Principal.
Los primeros han sido los integrantes del coro Donostiarrak Abesbatza, que han acompañado en prácticamente todos los temas a los txistularis. También lo han hecho en numerosas ocasiones los dantzaris de Orixe Ikastola y de Zuhaizti Ikastola, así como la Comparsa de Sastres del grupo Eskola, quienes han encajado a la perfección en el vodevil que interpretó por unos minutos la banda.
Y, aunque a excepciones de los tambores –“¿Pensábais que iba a haber antes del Día de San Sebastián o qué?”, ha preguntado Ansorena burlón–, el concierto ha estado plagado de cancioneros diversos. No han faltado temas clásicos como Agur, txoko maitia; boleros –San Sebastián–; marchas humorísticas –Ilunpe y Orixeko Inauteria– con las que se ha homenajeado a Zapirain; ni melodías propias del 20 de enero –Hau fraile pikarua o Polka de tambores–.
Ópera, bertsolari, marchas...
Como si de un Concierto de Año Nuevo a la donostiarra se tratase, el programa ha incluido representaciones diferentes, como las que han realizado los niños de Orixe y Zuhaizti, que han entrado por la puerta trasera del teatro invitando a la gente a seguir el ritmo de la música.
Al concierto también se han sumado dos cantantes de ópera, que elevaron, sin duda, la propuesta. En primer lugar, el barítono Rubén Rameda ha interpretado dos canciones, una en euskera y otra en castellano, y, posteriormente, ha sido el turno de la soprano Klara Mendizabal, quien, con paraguas de época en mano, ha cantado una composición de Juan Tellería.
Pero todavía ha habido tiempo para mucho más, como el bertsolari Beñat Gaztelumendi, que ha recitado varias estrofas que han combinado en perfecta armonía con los txistularis, y hasta un par de Tambores Mayores, que han guiado al público, si es que alguien lo necesitaba, en la traca final: la Marcha de San Sebastián.
Con ella, y tras hora y 20 minutos de concierto, la Banda Municipal ha dado por concluido el pregón. Una especie de calentamiento tanto para el medio millar de personas que se han acercado al teatro como para aquellas que han optado por seguirlo desde casa, ya que el concierto ha sido emitido por streaming a través del canal de YouTube del Ayuntamiento, donde, además, es posible recuperarlo en cualquier momento.
Para muchos, esta hora y poco no será más que un aperitivo de lo que está por llegar el viernes, cuando, entonces sí, la Macha de San Sebastián sonará a todo volumen cambiando los txistularis –y los metales de Donostiarra Metal Boskotea– por los tambores.