Arana y Abetxuko han sido los primeros en disfrutar las celebraciones con un gran ambiente
La progresiva recuperación de la actividad en todos los ámbitos tras los dos años de azote de la pandemia ha devuelto también a los barrios de Gasteiz las ganas de celebración de sus fiestas como se pudieron disfrutar en 2019.
Así lo corroboran en Arana, que bajó ayer el telón de las suyas, después de un fin de semana repleto de algarabía y diversión. El programa de actividades, organizado por la Asociación de Vecinos Aranako y su comisión de festejos, gozó de una participación masiva en todos ellos, con independencia de quienes fueran los destinatarios de la actividad. Mayores, pequeños, jóvenes, vecinos del barrio o quienes decidieron acercarse durante el fin de semana pudieron disfrutar de unas fiestas como antes de la pandemia.
Volvió el descenso de la esperada figura de Txapeldun, el viernes, la verbena de los clásicos Joselu Anaiak, el poteo en la zona de las txosnas, los juegos para los más pequeños, la exposición de vehículos clásicos americanos en la calle Extremadura o el concierto de la Banda Municipal de ayer al mediodía en la Plaza de San José. Toda esta serie de eventos se recuperaron tras unas ediciones de obligada suspensión o restricciones. Quienes tomaron parte en ellas demostraron sus ganas de dar rienda suelta a estos dos años de espera y el ambiente en las calles de Arana fue idéntico al de las fiestas de antes de la pandemia.
Goikolarra reivindicativo
También un ambiente festivo se vivió ayer en uno de los barrios emergentes de la ciudad como Goikolarra. Coincidiendo con la jornada destinada a concienciar sobre la necesidad de cuidar y conservar el Medio Ambiente, la asociación Arelegi organizó un variado programa de actividades conformadas por un mercado de segunda mano, la degustación de un pintxo solidario, música y hasta un taller para pintar un mural. Con el mercado de segunda mano y trueque se perseguía el objetivo de que la gente del barrio pudiera intercambiar, vender, comprar o simplemente llevarse ropa, juguetes, libros y objetos de decoración, entre otros. El taller de pintura para los más pequeños se organizó con una serie de cajas reutilizables, con el colectivo Fill In Culture como encargado de dirigir los brochazos de los pequeños artistas, que quisieron dejar su impronta.
No faltó tampoco la música ayer con los acordes del grupo Turukutupa y su espectáculo de calle Reziklantes, empleando instrumentos diseñados a partir de todo tipo de materiales reciclados.
Como toda celebración que se precie, hubo también tiempo dedicado a la gastronomía y para reponer fuerzas. Un pintxo solidario servido y elaborado por el Fogón de Álava puso en el paladar de los vecinos de Goikolarra productos alaveses KM0 y los beneficios de la recaudación que se destinarán una causa benéfica elegida por la asociación Arelegi.
Abetxuko abrió el camino
La alerta sanitaria generada por el covid ha ido mejorando en las últimas semanas y los datos de contagios van aclarando el panorama. No estaba, sin embargo, la situación tan despejada cuando los vecinos de Abetxuko se embarcaron en la recuperación de sus fiestas de San José Obrero, a comienzos de mayo.
En el año 2020 fueron las primeras en caerse de la programación debido al coronavirus y han tenido también el privilegio de ser las primeras que se han recuperado. Como si ese mal sueño de dos años no hubiera existido, los vecinos de Abetxuko se entregaron a la fiesta para recibir a su añorado Ave en el cauce del río Zadorra. Llegaron después unas jornadas repletas de actividades y ganas de fiesta.
Arana bajó ayer el telón a un programa de actividades donde las ganas de los vecinos han sido la nota destacada de estas fiestas
La progresiva vuelta a la normalidad tras el azote de la pandemia ha reactivado las celebraciones en los barrios de la capital alavesa