Política

La ‘final política’ de la CAV, el 21-A

La cantidad de símiles futbolísticos y adhesiones al triunfo copero del Athletic que se pusieron a rodar ayer parecen olvidar que este es otro deporte
Imanol Pradales, candidato del PNV, posa para una foto que saca el candidato por Álava, Joseba Díez. / PNV

No se resistió ayer nadie a adherirse al triunfo copero del Athletic. Quien más, quien menos, buscó parelelismos con la hazaña y hubo hasta quien se dejó decir que se ha vuelto bilbaino de pronto: “he descubierto que nací en Bilbao” (sic), afirmó, 41 años después del feliz acontecimiento, un Pello Otxandiano que parece no haber reparado antes en ello y deja a la imaginación de los posibles votantes en qué más no habrá caído en la cuenta hasta ahora.

En este partido, todos parecen preferir que la pelota la lleve el PNV. Algunos se cierran atrás para no encajar por un fallo y alejan balones, como EH Bildu, más preocupada por que su candidato no se equivoque y convencida de que le basta son seguir en el campo hasta la cara o cruz de los penaltis. Pero no es fácil pillarle perdiendo la posesión de la bola porque hace todo lo posible para que no se la den. Aún no está claro en qué posición juega ni si está en la cancha.

El PP, es como los clubes-Estado, ficha aunque solo sea para tener “talentos” chupando banquillo y alinea a los que mejor prensa tienen en Madrid. En tres días se ha traído a Cuca Gamarra, Núñez Feijóo y, ayer mismo, a Elías Bendodo. Ahora tienen también a Maite Pagazaurtundúa –ex PSOE, ex UPyD y exCiudadanos– contando que solo el PP tiene que valer a los vascos ahora. Y con cada camiseta se besa el escudo. Quizá a eso se refiere De Andrés al pedir menos ideología en la política.

Volviendo al que lleva el balón, Imanol Pradales lo mueve por todo el campo. Ayer, tomó el guante de la gestión de las cercanías de Renfe, que solo puede ir a mejor a partir de la transferencia. Pero el candidato del PNV insiste en que el fútbol no puede ser solo fantasía, que tiene que ser resolutivo y eso implica llenarse de barro. Así que recordó ayer que el bienestar se hace con espacios de suelo industrial, actividad económica y empleo. No solo diseñando jugadas de pizarra sin pisar el césped.

Eba Blanco, Pello Otxandiano y Mikel Otero, de EH Bildu, ayer en Amurrio. EH Bildu

Un enunciado redondo lo hizo ayer Alba García (Sumar): moratoria turística. Y no hay quien no suscriba que Euskadi tenga un turismo responsable, respetuoso y sostenible. Pero el partido no se va a parar y pedir que se detenga equivale a quitarles tiempo a los que no lo tienen: el sector económico que vive de ello y la ciudadanía de los barrios más saturados. Ninguno está para sentarse en casa a esperar que a la candidata se le ocurra de qué van a vivir o cómo les van a vaciar las calles y... ¿para qué? Para hacer deporte, entre otras sugerencias de tiempo libre que ofreció ayer la candidata de Sumar.

Osakidetza

En el PSE se prodigaron también ayer el rojo y el blanco. Eneko Andueza hizo una cosa curiosa ayer: nos convenció de que esta final del día 21 de abril no la juegan dos porque de lo contrario admitiría que hace tiempo que su partido perdió opción de liderar gobiernos en Euskadi en cuartos de final. Pero su razonamiento de que los socialistas ya ganan en las elecciones generales viene a sugerir que los vascos deberían decidir de nuevo entre Sánchez y Feijóo, como si alguno tuviera que ser el próximo inquilino de Lehendakaritza.

Por último, Isa González se la quiso dejar botando con el mantra de la campaña: Osakidetza. La candidata de Podemos habría acertado si hubiera descrito una batería de medidas con su memoria económica, pero a cambio hizo una descripción del servicio vasco de salud que parecía salida de una crónica hospitalaria de la franja de Gaza. Hay una fina línea entre alentar el malestar por interés electoral y caer en la caricatura.

09/04/2024