La Fiscalía ha mantenido su petición de 30 años de prisión para el exjefe de ETA Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Ata, y para Miren Itxaso Zaldúa por el atentado perpetrado el 6 de mayo de 2001 contra el presidente del PP de Aragón Manuel Giménez Abad cuando iba junto a su hijo a ver un partido a La Romareda, en Zaragoza
La fiscal Ángela Gómez Rodulfo ha elevado este jueves sus conclusiones a definitivas en la cuarta sesión del juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional, en el que ambos están acusados de un delito de asesinato terrorista con agravante de alevosía.
La acusación particular que ejerce la familia de quien también fuese senador del PP ha elevado sus conclusiones a definitivas, aunque ha ampliado su reclamación respecto a la responsabilidad civil a imponer a los acusados: 500.000 euros por cada uno de los dos hijos de la víctima y para su mujer.
A la salida del juicio, la abogada que representa a la familia de Giménez Abad, Carmen Ladrón de Guevara, ha manifestado a los periodistas que como acusación particular ha mantenido su tesis acusatoria al considerar probada la participación en el atentado de los dos acusados, pese a que la estrategia de defensa de ambos se base en sendas coartadas, únicamente respaldadas con testigos de parte, para tratar de rebatir haber estado ese día en Zaragoza.
A lo largo de esta jornada se ha seguido practicando la prueba pericial con la comparecencia de médicos forenses que realizaron la autopsia a la víctima y que confirmó que recibió tres disparos: uno en la cabeza y los otros dos a la altura de la columna y en el glúteo.
Los forenses han considerado que "lo más probable" es que recibiera primero los dos tiros por la espalda y después el tercero en la cabeza, tal y como describió el atentado el hijo que lo presenció, que relató en el juicio que el asesino, que según él fue Ata sin género de dudas, "remató" a su padre con un disparo en la cabeza cuando cayó al suelo.
También han comparecido los policías que analizaron los restos de munición encontrados en el lugar del atentado. En concreto tres vainas y dos balas, y dedujeron que fueron percutidas por un mismo arma y determinaron que se trataba de una pistola HS de fabricación croata, un tipo de arma que la organización terrorista empleó en esos años, según los peritos.
Después ha sido el turno de un policía que participó en la elaboración de distintos informes de inteligencia que se fueron redactando, según ha dicho, conforme han ido apareciendo datos, fundamentalmente basados en documentación intervenida a ETA en Francia y que se conoce como "sellos".
Ha explicado que basándose en una serie de documentos -fundamentalmente información que intercambiaban los comandos con la dirección de ETA-, su equipo llegó a la conclusión de la existencia de un comando llamado Basajaun que tenía otros cuatro taldes subordinados, y que estuvo operativo cuando se produjo este atentado hasta 2002.
También ha señalado los indicios, entre ellos una carta del aparato militar en la que aparece un acrónimo con el nombre de Basjaun (BS), que les llevaron a situar como coordinadores de ese comando a los dos acusados. De hecho Ata ha admitido que estuvo integrado en ese comando, no así Zaldúa .
De ella también ha defendido el agente que su alias era Sahatsa tal y como consta en otro documento "cristalino" que la sitúa con Mikel Garikoitz Aspiazu, Txeroki, al frente de la estructura del aparato militar de ETA en abril de 2004, poco después de haber huido Zaldúa a Francia.
Para tratar de rebatir estas tesis, dos peritos convocados por la defensa de Zaldúa han expuesto el análisis que realizaron a un documento atribuido al comando Basajaun y varias cartas firmadas por Sahatsa.
Su conclusión es que fueron escritos por personas diferentes y han combatido duramente la tesis de un informe de la Guardia Civil -que uno de ellos ha tachado de "sorprendente- que consideró que el autor del primer documento podría ser una mujer por la forma en la que se despedía -"un beso muy grande"-.
Ambos peritos, un catedrático y un responsable de la Oficina de Traductores de la Universidad de Navarra, han señalado que el autor del primer documento es una persona que habla euskera procedente del norte de Nafarroa, mientras que las segundas cartas seguramente las escribiese alguien de Hernani, localidad de la que precisamente es Zaldúa.
A preguntas de la Fiscalía, uno de los peritos ha asegurado que nunca ha conocido a Carrera Sarobe y ha reconocido que fue a la cárcel a visitar a dos amigos condenados por su relación con ETA, uno de ellos primo del acusado, Imanol Aramburu.
Esta última jornada ha concluido con la exposición de las conclusiones definitivas y no será hasta el 17 de julio cuando se retome de nuevo el juicio con la lectura de los informes en los que las partes detallarán su posición tras la prueba practicada.