Vitoria – Ayer, en el Camp Nou, la narrativa no era favorable al Deportivo Alavés. Los pupilos de Javi Calleja se encontraron sobre el césped del feudo azulgrana a un FC Barcelona que necesitaba ganar por lo civil o por lo criminal. Sobre todo, tras la destitución de Ronald Koeman, pues iniciar una nueva era –por mucho que ni siquiera hayan confirmado todavía al capitán del nuevo barco– siempre es más fácil con una victoria que, además, motive a los futbolistas de cara al trascendental compromiso europeo que tendrán que afrontar la próxima semana.
Sin embargo, el conjunto babazorro se dio cuenta muy pronto de que el equipo que estaba enfrente no era ningún monstruo hambriento. Más bien, todo lo contrario. Y es que, aunque los locales tuvieron alguna que otra ocasión que puso a Sivera en apuros, lo cierto es que la zaga albiazul vivió anoche una de sus jornadas más plácidas. Algo que, con el paso de los minutos, hizo que los jugadores del Glorioso creyeran en un guión con un desarrollo mucho más bonito para sus intereses.
El pitido final del partido dictaminó un reparto de puntos que dejó muy satisfecho al Alavés por diferentes razones. La principal, por el hecho de mantener la buena dinámica, que continúa apuntando hacia arriba con un registro de dos triunfos y una igualada en los últimos tres encuentros. No obstante, a esto hay que agregarle la capacidad de reacción de la plantilla, que, por primera vez, supo jugar por debajo en el marcador; y, además, la importancia de estrenar el casillero de empates.
Esto último, en especial, es muy relevante para una escuadra como la gasteiztarra. En las últimas temporadas, la permanencia se está vendiendo relativamente barata y, ante esta situación, sumar, aunque solo sea un punto, es trascendental. Sin ir más lejos, el arranque liguero de esta campaña no se hubiera visto tan oscuro si, en alguno de sus diferentes compromisos, el cuadro vitoriano hubiese mirado más por guardar lo que ya tenía ganado.
Ahora bien, el Glorioso se va a ver obligado a cambiar su mentalidad de cara al próximo partido. En el Camp Nou la exigencia a la hora de proponer acciones ofensivas era mínima y eso se notó sobremanera, pues el Alavés apenas pisó el área culé –y eso que la defensa azulgrana estaba en horas bajas–. Ante el Levante (sábado, 18.30 horas), los pupilos de Calleja deberán volver a mirar hacia delante, como ya hicieron frente al Cádiz y al Elche, ydemostrar que, en los duelos directos, ellos son quienes quieren llevar la batuta.
SE MANTIENE LA ZAGA El técnico babazorro hizo cambios para la visita a la Ciudad Condal. En este sentido, la rotación más llamativa fue la entrada de Edgar Méndez al once por Pellistri, quien, ante el cuadro ilicitano, realizó uno de sus mejores encuentros de albiazul. El tinerfeño, por su parte, apenas pudo participar en ataque debido a la línea atrasada del cuadro albiazul y también a su condición física, que todavía no está al cien por cien.
Quien sí mantuvo la titularidad fue Florian Lejeune. Pese a que el central francés parecía haber perdido su puesto durante su lesión, en los dos últimos choques le ha quitado el sitio a Miazga. La cuestión ahora es si esta decisión es algo ocasional o si, contra la escuadra granota, el estadounidense recuperará el lugar que se ganó mientras el galo estuvo ausente.