La Fundación Athletic está de celebración, una vez que el pasado 26 de febrero se cumplieron veinte años de su creación, entonces bajo la presidencia de Javier Uria. Dos décadas en la que su desarrollo y crecimiento han sido evidentes, aunque en ocasiones la actividad de este organismo sin ánimo de lucro se haya rodeado de una especie de opacidad en ciertos conceptos. Sea como fuere, desde Ibaigane se recalca que la Fundación goza de buena salud y se apela a la política de transparencia que dice haber aplicado la Junta Directiva que preside Aitor Elizegi, que ha cerrado sus últimas cuentas de la Fundación al frente de la entidad.
Unas cuentas que, a diferencia de las ordinarias del club, se computan en año natural, del 1 de enero al 31 de diciembre. Así las cosas, el ente presidido por Juan Carlos Ercoreca, mano derecha de Elizegi, ha presupuestado para este año 2022 un total de 4.490.248 euros, lo que supone solo una rebaja del 1,9% respecto al ejercicio pasado, por lo que la Fundación congela sus números en tiempos complicados y marcados aún por el impacto que causa la pandemia del covid-19.
La Fundación, que mantiene las 164 empresas asociadas, apenas ha tocado las partidas más significativas para su día a día, aunque la vuelta durante 2021 a la actividad presencial de los diferentes equipos y actividades que apadrina ha retocado algunos matices de su contabilidad. El gasto en personal apenas ha variado, ya que se queda en cerca de los 2 millones de euros, con un incremento escaso de 5.000 euros. El 80 por ciento de esta cantidad está destinada al medio centenar de formadores, técnicos, fisioterapeutas y médicos, entre otros profesionales, que componen el engranaje y al que se ha sumado los equipos de la cantera del fútbol femenino.
Otra partida dineraria corresponde a las personas que integran el organigrama de la Fundación, liderado por su director general, Jon Vázquez Eguskiza, junto a sus hombres de confianza. Las ayudas a entidades se mantienen en poco más de 1,9 millones de euros, en tanto que se reducen en más de 75.000 euros la cantidad destinada a actividades propias, en gran media destinadas a los clubes convenidos, una rebaja argumentada en las consecuencias de la pandemia ante la imposibilidad de programar algunas actividades.
En cuando al epígrafe de ingresos, estos padecen un descenso del casi 6% de los procedentes por patrocinadores y colaboradores, que aporta, casi 4 millones de euros frente a los 4,4 millones de 2021, mientras que las cuota de los afiliados, estimados en más de 4.000, dejan en las arcas de la Fundación 200.000 euros. Los patrocinios directos, en cambio, se han visto aumentados en 30.000 euros, a los que hay que añadir los 125.000 euros que ingresa el organismo en el concepto de formación y de subvenciones procedentes municipales una vez que han regresado, entre otros ámbitos de actuación, los diferentes campus que organiza, con la novedad del próximo en Semana Santa después de dos años inhábil por culpa de la crisis sanitaria.