Ha sido palacio, hospital y convento pero será, en 2023, la nueva sede de la Mancomunidad. El antaño lugar de recogimiento de las Salesas ha enseñado esta mañana sus tripas, sus secretos mejor guardados, después de casi un año de obras que permitirán crear, en un futuro, las oficinas en las que estarán representados los 50 ayuntamientos que conforman el ente comarcal. Este jueves por la mañana ha tenido lugar casi multitudinaria visita a los trabajos, con el pertinente protocolo sanitario y de seguridad, a la que han acudido las personas integrantes de la Comisión Permanente de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona y del Consejo de Administración de su sociedad de gestión (SCPSA).
El presidente de la Mancomunidad, David Campión, ha explicado que se trata de un proyecto que "ha sufrido muchos avatares y situaciones variopintas que han ido retrasando la ejecución de las obras y el posterior traslado de la MCP, pero hoy es el día en que todo marcha por buen camino y esperamos que para 2023 estemos trasladados todos los trabajadores al nuevo edificio".
El director gerente de SCPSA Alfonso Amorena, por su parte, ha destacado que es un día importante: "Llevamos un año de obras y con la pandemia no nos hemos podido ni juntar". Es un proyecto "necesario para la Mancomunidad y añorado durante muchos años. Somos 200 personas en tres dependencias un poco de malas maneras. Llevamos muchos años detrás de una sede nueva que aglutine todos los servicios técnicos y de atención al cliente", ha dicho. Ha recordado que es un proyecto fruto de varias presidencias que comenzó a gestarse ya en el 2010, "una apuesta por la ciudad de Pamplona, no la más fácil si no la más costosa, compleja y complicada, pero ha sido la que pervivió y la que se va a materializar. Una apuesta compartida también con la Universidad Pública, que va a establecer aquí su sede".
Querían haber comenzado con las obras en enero pero no pudieron hacerlo hasta julio, en plena pandemia, y han aprovechado para realizar todo el entramado de la parte inferior, tierras abajo, con trabajos de arqueología que se han llevado a cabo con sumo detenimiento y detalle. Lo que queda ahora es seguir hacia arriba, construir, aunque lo que se ha encontrado en las profundidades no es poco. El responsable de los trabajos de arqueología, Nicolás Zuazúa, ha explicado que durante las labores de excavación han localizado restos que van desde el siglo I hasta el XX: una de las necrópolis de la ciudad romana altoimperial (a juicio del arqueólogo, uno de los aspectos más novedosos por desconocido) en las que ha hecho referencia a un enterramiento y a un fragmento de inscripción de mármol de los siglos I-II; traza urbana y un barrio artesanal medieval dedicado sobre todo a la metalurgia desde el siglo XI/XII hasta el XIV (un hallazgo que destaca por los fragmentos de moldes de campana, unos restos muy poco conocidos hasta la fecha); traza urbana y zonas artesanales de fundición de los siglos XVI-XVII; restos del palacio de Armendáriz, la casa de aduana y otra vivienda de los siglos XVIII-XIX y, finalmente, los restos del propio convento de las Salesas.
Patio, vestíbulo y antigua iglesia
La visita se ha centrado en tres espacios: patio jardín, el vestíbulo principal y la antigua iglesia. Sobre el patio jardín, los arquitectos han reseñado que será el acceso público al conjunto e incluirá un nuevo pabellón construido en madera "que destacará por su ligereza, neutralidad formal, y vocación de diálogo con el edificio del antiguo convento", han explicado los promotores. El uso de la madera en la reconstrucción de vigas y forjados del edificio principal, además de ser sostenible, pretende generar la atmósfera espacial de un edificio con historia.
Desde la zona del vestíbulo se ha podido apreciar la complejidad del desmontaje de la estructura del antiguo convento, los arriostramientos de las fachadas, la cimentación con pantallas de micropilotes, y, una vez superada la fase de prospección arqueológica, la excavación y construcción de los sótanos.
Finalmente, en el recinto de la antigua iglesia se ha podido ver el mock-up (construcción de muestra a escala real de seis por cinco metros) donde se comprueba el funcionamiento conjunto de todos los elementos y materiales del proyecto; entre otros, cabe destacar la relación entre vigas de madera microlaminada y tableros CLT en techos, el revestimiento interior de revoco, las ventanas y sus embocaduras, los elementos de instalaciones, la iluminación o las mamparas.
Los arquitectos han destacado que la duración de las tareas de arqueología ha supuesto un tiempo que ha sido aprovechado, tanto por el equipo de dirección como por la constructora, para adelantar otros trabajos que permitirán agilizar la obra.
Las obras de rehabilitación comenzaron en julio de 2020 tras la adjudicación en diciembre de 2019 a la empresa Construcciones ACR, S.A. con un importe de adjudicación de 13,18 millones de euros más IVA. Las obras se están llevando a cabo conforme al proyecto de ejecución redactado por el equipo integrado por los estudios Álvarez-Sala, Matos Castillo Arquitectos y Rueda Pizarro. El plazo de obra inicial es de 24 meses y el proyecto recoge no solo la edificación, sino también el mantenimiento de elementos arquitectónicos del antiguo convento y su rehabilitación.