Además del aspecto humano por el recuerdo de las víctimas en el 20 aniversario del 11-M en Madrid, la gestión política del peor atentado cometido en Europa, con 193 muertos y cerca de 2.000 heridos, también tuvo ayer lunes un protagonismo destacado. La nula autocrítica llevada a cabo por el PP en estas dos décadas, tras defender en esos primeros momentos la autoría de ETA cuanto todo apuntaba a la pista yihadista con el fin de que no se le escaparan las elecciones del 14-M –como acabó sucediendo, en lo que supuso la primera victoria del socialista Zapatero– sigue pesando como una losa en el ánimo de las víctimas y del resto de formaciones.
La fundación FAES que preside José María Aznar, presidente del Gobierno español durante el 11-M, emitió un comunicado en el que lamentó que, 20 años después, prime “la manipulación mendaz sobre la crítica rigurosa”. Así, negó que Aznar mintiera deliberadamente a los ciudadanos por cálculo electoral y alegó que ningún documento oficial afirmó “sin titubeos” en los primeros momentos la responsabilidad yihadista de los atentados. Aprovechó para cargar contra el actual inquilino de Moncloa, Pedro Sánchez, y dijo que “hoy más que nunca, los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta”. Citaba así el lema que popularizó el exdirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba la noche antes de los comicios del 14 de marzo de 2004.
Las críticas a la gestión del Gobierno del PP en esas tres jornadas y en las posteriores, cuando una vez confirmado el vuelco electoral alentó una teoría de la conspiración para tratar de deslegitimar el Gobierno del PSOE y de alejar el foco de la participación de España en la guerra de Irak, fueron ayer lunes una constante. Empezando por el acto celebrado en la estación de Atocha, en el que el presidente la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo –la mayoritaria en Madrid y la segunda en el Estado después de la AVT–, Eulogio Paz, cargó contra el “serial de mentiras enarbolado para engañar y salvarse a sí mismos y hacer caja” que caracterizó la respuesta del Ejecutivo de Aznar en 2004.
Paz, que perdió a su hijo Daniel en los atentados –también hijo de su exmujer, Pilar Manjón–, añadió que el 11-M fue el inicio del fenómeno de las fake news y los bulos, y censuró a “los promotores de falsas teorías” que entonces “fueron elaboradas no solo para engañar y confundir a la sociedad, sino también para tratar de salvar sus conciencias y para ganar dinero, cómo no, para hacer caja con las mentiras”.