Bizkaia

La gran ventaja de los inmortales

Pablo Viar, Marina Balenciaga, Gorka Viar, Pilar Ros, Toscana Viar y el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza. | FOTOS: MAIDER GOIKOETXEA

La gran ventaja de los inmortales no es que nunca mueren sino que jamás se les olvida. Ese es el camino que lleva la figura de Javier Viar, aquel amante del arte y la farmacia, un hombre diletante que pasó por la presidencia del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia y la dirección del Museo de Bellas Artes de Bilbao, escenario en el que ayer se presentó su libro póstumo Memorias del Arte, en un acto que tuvo la fragancia de los abrazos, habida cuenta que coincidía con el primer aniversario de su fatídico fallecimiento, el 28 de octubre de 2021. Fue su sucesor en el museo, Miguel Zugaza, quien alzó la voz para pronunciar las primeras palabras del mediodía. “En el libro”, dijo, “volcó una anecdotario en el que cuenta todo lo que quiso. Al fin y al cabo, dejó diseñada toda su despedida. Es una de las grandes ventajas de los inmortales”. Justo lo que les decía.

La obra cuenta con la supervisión literaria de Marina Balenciaga, la maqueta de Juanjo Álvarez y una supervisión general de Nerea Sagrado. En su portada luce un elegante dibujo –un retrato del autor que sujeta en su manos los dos volúmenes de La expresión infinita, de Javier Balerdi...– realizado por Gabriel Ramos Uranga, viejo amigo de Javier. Quiso salpimentar su presentación Miguel con gotas de humor y señaló que no iba a imitar al poeta Luis Alberto Cuenca, quien en las palabras de adiós a un amigo señaló que como había gustado tanto el obituario en el ABC iba a leerlo por completo. Fue un divertido contrapunto.

Pasaron por la escena del auditorio del museo su viuda, Pilar Ros, los hijos Gorka, Pablo y Toscana; el viejo amigo y expresidente del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia, Iñaki Linaza y los artistas Vicente Larrea y Mari Puri Herrero, todos ellos fotografiados antes ante el cuadro de Antonio de Guezala, La puerta giratoria o Retrato de Begoña de la Sota, una de las grandes adquisiciones de Javier para el museo.

Testigos de todo cuanto les cuento fueron Jesús Mari Lazkano, Marta G. Maruri; la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia –que han impulsado la edición del libro– Flavia Erazo; Juan Uriarte, Juan del Arco, Jon Ortuzar, Juan Mari Sainz de Buruaga, Josu Bergara, José Luis Sabas, Begoña de Ibarra, Xabier Arauzo, José Julián Baquedano, Teresa Muguruza, Elena Guzmán, Carmen López-Niclós, Antonio Barandiaran, Antón Pérez Iriondo (presidía la Sociedad Bilbaina cuando Javier ejerció de asesor artístico...), José Ramón Blanco, Sama Blanco, Gloria Freijo, Begoña Uribarri, Javier Uribarri, Gloria Meléndez, Pedro Ibarra, Carmen Orue, Ramón Zallo, Enrique Ordieres, José Luis Martínez, Nerea Lupardo, Iñaki Aranguren y un buen número de hombres y mujeres que, para bien casi siempre, se cruzaron en la vida de Javier Viar, un espíritu renacentista que dirigió durante quince años (2002-2017) el Museo de Bellas Artes.

30/10/2022