Aunque el destino no dejó de ser llamativo por el cambio de aires de un jugador esencialmente ligado a un club -356 partidos a sus espaldas- y la apuesta personal tuvo su parte de exótica -cada vez menos en este fútbol global-, Oier ya ha notado que por ahora no se ha equivocado en su marcha al AEK Larnaca. El paso al fútbol chipriota le ha permitido al histórico ex capitán de Osasuna alcanzar cotas importantes cuando su carrera parecía que tocaba a su fin.
El centrocampista de Estella disputó una previa de la Liga de Campeones que no prosperó y, metido ahora en la competición continental que le corresponde, la Liga Europa, está disfrutando de su debut en Europa. El primer partido de la antigua Copa de la UEFA, frente al Rennes, le hizo a Oier convertirse en el goleador de su equipo en el torneo. El centrocampista estuvo atento en una jugada mal resuelta en defensa por el equipo francés, que terminó en un centro que supo aprovechar de cabeza en el segundo poste.
Oier, 36 años, parece que encara una segunda juventud llena de alicientes en su nuevo destino. Después de haber vivido un año muy difícil en Osasuna para un futbolista de su estatus -participó en 25 encuentros de Liga, pero solo en ocho de ellos fue titular-, tampoco vislumbraba un futuro claro e, incluso, la posibilidad de la retirada estuvo también sobre la mesa.