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La historia de Elena: de formarse, a trabajar en una residencia en Burlada

El programa Incorpora, de la Caixa, ha permitido cerca de 300 inserciones laborales de personas en situación de vulnerabilidad en Navarra
Elena Miguel, el martes en Pamplona poco antes de ir a trabajar.

No existe un único camino hacia un nuevo destino laboral. El de Elena Miguel, barcelonesa de 49 años y afincada en Pamplona desde hace cinco, comenzó a despejarse cuando su cuñada le advirtió de una acción formativa organizada por la fundación Gaztelan especializada en limpiezas hospitalarias. “Esto te puede interesar”, me dijo. Nada más terminarlo, Elena comenzó a trabajar.

“Yo trabajaba en hogar atendiendo personas pero creía que en el área de limpiezas podía tener un acomodo más sencillo, así que me apunté al curso, que fue muy bueno, sobre todo en la parte de competencias transversales y digitalización. Hice las prácticas en Landazabal y allí me salió la oportunidad de sustituir en vacaciones a algunas de las gerocultoras que trabajan con los residentes. Siempre me ha gustado el trabajo con personas mayores y mi objetivo es seguir en él ”, explica.

Como ella, cerca de 300 personas han tenido la oportunidad de insertarse en el mercado laboral de la mano del programa de integración sociolaboral Incorpora de la Fundación la Caixa. En la iniciativa, que busca mejorar la situación de personas en situación de vulnerabilidad, han participado 155 empresas; se ha atendido en total a 734 personas y se han puesto en marcha 15 nuevos negocios. “La inserción sociolaboral es una herramienta clave para el progreso. Gracias al trabajo en red de entidades y empresas comprometidas, miles de personas en situación de vulnerabilidad logran salir adelante con un empleo que les permite recuperar autonomía”, destaca el subdirector general de la Fundación “la Caixa”, Marc Simón. “En esta línea y con el fin de que nadie se quede atrás, impulsamos una formación que garantiza la digitalización y facilita la empleabilidad en la era digital”, ha añadido.

Más de 20.000 empleos facilitados

Estos últimos datos que se desprenden del programa Incorpora reflejan la recuperación en sectores que sufrieron las consecuencias de la pandemia y que hoy vuelven a ser un motor generador de empleo. En especial, cabe destacar los de logística y comercio, hostelería y restauración, limpieza y ámbito sociosanitario. En el global de España, se han conseguido 20.213 puestos de trabajo a personas en situación de vulnerabilidad, un 9,4 % más que en el mismo periodo del año pasado.

En Navarra, Fundación Gaztelan es una de las siete entidades que colabora en el programa Incorpora de la Caixa. Javier Igea, técnico de formación y responsable del programa, explica que las acciones formativas inciden en las competencias transversales y en la digitalización, un aspecto al que este año se ha dado “especial importancia”, con 20 horas específicas, destinadas, por ejemplo, a la obtención del certificado digital o a la capacitación para afrontar trámites. “Junto a ello, se ofrece una formación específica en la materia del curso y unas prácticas no laborales de 80 horas. Todas las personas han tenido la oportunidad de insertarse”, dice Igea, quien recuerda que organizaciones como Gaztelan “no son una ETT” y que procuran mantener el contacto con las empresas para seguir de cerca el proceso de inserción laboral.

"Es un trabajo duro, ves el el sufrimiento y la muerte de forma cercana, pero me voy a casa pensando que he hecho feliz a una persona" Elena Miguel - Gerocultora en la residencia Landazabal

En la residencia Landazabal de Burlada, Elena Miguel ha encontrado un empleo que encaja con su forma de ver la vida, en un área con demanda creciente, pero que exige cada vez de una mayor preparación. “Para seguir en él tendré que renovar el certificado de profesionalidad, bien”, cuenta en relación a un requisito ya imprescindible incluso para quienes pueden acreditar una amplia experiencia en la actividad.

Es el caso de Elena, que no solo ha trabajado en hogares, sino también en otras residencias de Navarra, como el Vergel y Oblatas, así como en Félix Garrido, en el momento más crudo de la pandemia. “Fueron momentos muy duros, con los EPI, con doble mascarilla, doble guante, trabajando con personas con discapacidad intelectual que no entendían lo que estaba pasando. En general este es un trabajo duro, porque ves la muerte y el sufrimiento de cerca. Pero al mismo tiempo es gratificante. Me voy a casa pensando que he hecho feliz a una persona”

04/08/2022