Ya lo dicen los jugadores y el cuerpo técnico del Helvetia Anaitasuna. O, más bien, lo cantan: "¡¡¡Ven a La Catedral, juguemos todos el partidoooo!!!". Es parte del tema que ha compuesto la plantilla, que el club colgó esta semana en redes sociales y aunque seguramente no se convierta en el hit o éxito de la temporada –mención aparte las cualidades musicales de sus intérpretes–, lo cierto es que el mensaje es claro: el equipo quiere a su afición este sábado en la grada de La Catedral.
El Helvetia se estrena en casa ante el Incarlopsa Cuenca (19.00 horas, NavarraTV y LaLigaSportsTV) y su nuevo proyecto, su juego y su potencial podrán ser vistos in situ por un mayor número de espectadores. Los nuevos límites aprobados en cuanto a aforo posibilitarán que un máximo de 1.000 personas puedan ser testigos del debut doméstico de Anaitasuna y puedan prestar así su apoyo al equipo en un partido con un rival tan complicado.
Tras perder in extremis en Irun en la jornada inicial, con un doloroso 26-25 ante el Bidasoa en un gran duelo, el conjunto de Quique Domínguez espera sumar sus dos primeros puntos de la temporada ante un Cuenca que comenzó la Liga ganando al Benidorm por la mínima (29-28). El plantel que dirige Lidio Jiménez ha perdido piezas como las del meta Leo Maciel (ahora en el Barça) o los internacionales argentinos Vanstein o Moscariello, entre otros. Sin embargo, a la veteranía en el pivote de Doldán, a la chispa de extremos como Nacho Moya o al buen hacer de laterales como Federico Pizarro, Pablo Simonet o Thiago Alves Ponciano se han unido esta vez nombres como los de Arnau Fernández, Álex Pozzer, Sergi Mach, Leo Pranter, Ante Grbavac o Joaquim Nazaré. Una mezcla de juventud, ilusión y veteranía.
Tres temporadas sin ganar
Si ya cualquier partido en la competición plantea una dificultad máxima por la tremenda igualdad reinante –exceptuando al Barça–, los choques ante el Incarlopsa Cuenca, un equipo que en los últimos años ha asomado la cabeza por la parte alta, no son una excepción. El Helvetia Anaitasuna lleva desde la temporada 2017/2018 sin ganar en La Catedral a su rival de este sábado. Los dos últimos duelos fueron derrotas y el anterior, un empate.
Pero como las estadísticas están para romperse, o así al menos dice el tópico, los navarros confían en que la historia reciente no se repita y puedan estrenar su casillero de puntos. Pese a la derrota en Irun, el equipo volvió a dejar muy buenas sensaciones. Desplegó un juego intenso, rápido a la contra, apoyado en una defensa que supo arropar a las mil maravillas a su portero, Juan Bar, que se estrenó en la Liga Sacyr Asobal con un 40% de efectividad.
De nuevo en esta ocasión faltará Ander Torriko, quien prosigue con su recuperación de rodilla. Seguramente esté en la grada, junto a muchos aficionados más del equipo, que este sábado ocuparán sus asientos con la intención de apoyar sin fisuras a los suyos y de compartir la alegría del triunfo. Del primer triunfo de la temporada.
"Tengo pocas dudas con mi equipo"
Aunque el partido ante el Bidasoa no tuvo el resultado deseado, Quique Domínguez sigue confiando en el trabajo y en el potencial de sus jugadores. "Tengo pocas dudas con mi equipo. Tengo esa capacidad de ilusionarme. Tenía pocas dudas en Irun y se pudo ver el comportamiento del equipo en cuanto a juego. Por lo tanto, tengo cero dudas para este partido, máxima confianza en el trabajo que hacemos y en que tenemos capacidad para ganarle al Cuenca", explicaba el técnico gallego esta semana. Del rival, subraya su gen competitivo y espera "una buena presencia de aficionados" para poder doblegarlo.