Los donostiarras Iñaki Sainz de Murieta y Miguel Berzosa han trasladado a viñetas la historia de la conquista de México a manos de Hernán Cortés, controvertida figura castellana del siglo XVI. “Se podría decir que Cortés vivió en una constante huida hacia adelante en su intento por convertirse en un conquistador”, explica Sainz de Murieta. Como antropólogo, escritor y guionista, no es la primera vez que pone el foco en aquella época. De hecho, hace un par de años publicó El ocaso mexica. Moctezuma Xocoyotzin, que puede considerarse “prima” de esta nueva publicación. Aquella habla del reinado de Moctezuma y del colapso de la sociedad mexica. Hernán Cortés. Oro, pólvora y acera (Editorial Verbum), en cambio, se centra en la figura del militar castellano, un hombre que huía de la “alargada sombra” de Diego Velázquez de Cuéllar, gobernador de Cuba designado por Carlos V. Precisamente, la historia arranca en ese punto, en febrero de 1519, medio año antes de que cinco naos comandadas por Fernando de Magallanes y en las que viajaba Juan Sebastián Elkano partiesen de Sanlúcar de Barrameda en busca de un paso a las islas de la Especiería viajando siempre hacia el oeste.
“El propio Cortés no sabía a dónde se dirigía”, comenta Sainz de Murieta, que asegura que aún hay “mucho que descubrir” en torno a dicha figura. Fue Velázquez de Cuéllar quien encomendó a Cortés emprender el viaje de Cuba a la península del Yucatán con un objetivo mercantil y también para rescatar a algunos castellanos que quedaron atrapados en aquellas costas.
No obstante, con el objetivo de librarse del mando del gobernador de Cuba y de responder solo ante Carlos V, Cortés decidió fundar una ciudad a su llegada a México, Veracruz. El cómic se inicia con esta “traición” para luego saltar a analizar los diferentes factores que provocaron la caída de los aztecas con las alianzas que forjaron con pueblos como los tlaxcaltecas, descontentos con el Gobierno de Moctezuma, o con traductores indígenas como Malinche, una indígena convertida al cristianismo.
El donostiarra confiesa que lo que más le ha sorprendido en la investigación sobre la figura de Hernán Cortés fueron sus “rasgos psicológicos”. Así, describe cierta “obsesión” con respecto a Velázquez de Cuéllar. Tanto fue así, que el militar llegó a ejecutar a varios de sus hombres por ser aliados del gobernador de Cuba y creer que lo iban a deponer de su puesto de capitán para llevarlo preso después.
Tándem creativo “Como antropólogo me interesa todo lo que es la cultura y la historia. En su momento me pidieron que ejerciese las labores de guionista y yo estoy encantado de embarcarme en algo que era ajeno a mí, más allá de ser lector de cómics. Espero haber logrado un producto interesante, gracias, sobre todo, a Miguel Berzosa, que es el auténtico artista que ha dado vida al cómic”, expone el guionista.
El ilustrador recibe poco a poco los capítulos escritos por Sainz de Murieta, quien evita intervenir en su proceso creativo, si bien es cierto que en casos como el de Hernán Cortés ha sido imprescindible recurrir a fuentes pictóricas y documentales, así como a diversos ensayos para lograr la mayor fidelidad posible. “La historia está siempre escrita pero se puede ver más allá. Como antropólogo hay que interpretar la realidad y darle un nuevo significado en base a toda la construcción sociocultural que se ha ido haciendo a lo largo del tiempo”, comenta.
Berzosa y Sainz de Murieta llevan años trabajando juntos. Además de en El ocaso mexica, ambos son los responsables de la colección infantil Las aventuras de Kanide, saga de la que en breve presentarán su séptimo volumen. Asimismo, Sainz de Murieta ha estudiado profusamente a los nativos norteamericanos, así como la influencia del pueblo vasco al otro lado del Atlántico a través de la caza de la ballena. Además, cuenta con un volumen en el que recopila un buen número de narraciones y leyendas vascas. “Siempre tengo el interés de seguir aprendiendo”, concluye el donostiarra.