El 5 de diciembre de 1976, durante un partido de fútbol entre el Athletic Club y la Real Sociedad en el estadio de Atotxa, se produjo un hecho histórico: la ikurriña, la bandera vasca, hizo su reaparición pública en un acto de gran valor simbólico.
Luis de Guezala, de la Fundación Sabino Arana, nos ha detallado en @Konekta cómo este acto, aparentemente sencillo, supuso un desafío audaz al régimen franquista. La exhibición pública de la ikurriña, convirtió a los capitanes Iribar y Kortabarria en iconos de la lucha por los derechos nacionales vascos. Este evento fue un hito fundamental en el proceso de normalización y democratización de Euskadi, representando un triunfo de la identidad y la libertad.
Esta entrevista nos ha permitido revivir un momento clave de nuestra historia y comprender mejor el significado de aquel acto de valentía que marcó a toda una generación.