La OMS y UNICEF recomiendan la lactancia materna desde el momento del nacimiento y, de manera exclusiva, durante los primeros 6 meses de vida, lo cual significa que no se les daría otros alimentos ni líquidos. También recomiendan que los bebés deben ser amamantados bajo demanda, es decir, tan a menudo como la niña/niño quiera, día y noche, así como que no se usen biberones, tetinas ni chupetes. A partir de los 6 meses de edad, las/os niñas/os deben comenzar a comer alimentos complementarios seguros y adecuados, mientras continúan amamantándose hasta los 2 años o más.
La lactancia materna es un tipo de hábito saludable. Según el Código Europeo Contra el Cáncer (CECC), está demostrado que reduce el riesgo de cáncer de la madre frente a quienes no lo hacen. Cuanto más dura la lactancia de una mujer, más protegida está contra el cáncer de mama: el riesgo se reduce en un 4% por cada 12 meses acumulados de lactancia. La lactancia materna prolongada contribuye a reducir el aumento de peso a largo plazo y a recuperar rápidamente el peso de antes de quedarse embarazada.
La lactancia materna también tiene beneficios para los hijas e hijos. La leche materna es el mejor alimento para los bebés y les aporta muchas ventajas para la salud, ya que contiene todos los nutrientes, vitaminas y minerales que el bebé necesita en sus primeros 6 meses de vida. También contribuye a protegerlo de enfermedades comunes de la infancia, como otitis, diarrea y asma, entre otras. Además, la leche materna disminuye el riesgo de padecer después afecciones crónicas como la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la obesidad y la diabetes de tipo 2 y ayuda al desarrollo cognitivo del niño.
¿Cuál es la situación actual?
En el ámbito estatal, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de lactancia materna exclusiva a los 6 meses es del 28,53% y la tasa de lactancia mixta es del 18,42%. Es decir, que la tasa de mujeres que llegan a amamantar a los 6 meses (solo pecho o pecho y biberón) es del 46,95%, casi la mitad. Teniendo en cuenta que la meta de la OMS para 2025 es lograr el 70% de lactancia materna exclusiva a los 6 meses, las cifras españolas son todavía bajas.
Sin embargo, cabe destacar que en los últimos 20 años se ha observado en un aumento progresivo y considerable de la tasa de lactancia materna a los 3 y a los 6 meses de vida, como se muestra en los datos del INE. Aunque estamos en unas cifras similares a otros países europeos, todavía están lejos de los objetivos ideales, según la Asociación Española de Pediatría.
¿Cuáles son los mayores obstáculos?
Existen diferentes obstáculos para la lactancia materna en las primeras semanas, sobre todo por la poca ganancia de peso del bebé, dolor durante la lactancia, llanto o sensación de falta de leche. Además, una vez en casa, los primeros días pueden surgir dificultades y algunas mujeres no encuentran apoyo en el sistema sanitario. Puede que se encuentren con consejos contradictorios, recomendaciones obsoletas y falta de información.
Más adelante, a partir de los 4 meses, los abandonos están relacionados con la incorporación de la madre al trabajo. La compatibilización de la vida laboral, la falta de apoyo social, los horarios o las dificultades para extraer la leche en el lugar de trabajo son algunas de las causas que más influyen.
¿Cómo crear un banco de leche en casa?
La lactancia materna es un derecho de las mujeres para su mejor salud y también la de los niños y niñas. Como se ha señalado, una de las principales causas de no amamantar es la difícil conciliación con el trabajo. Por eso, una de las alternativas que se ha visto que es más efectiva para la conciliación es crear un banco de leche en casa.
Es tan sencillo como extraer leche materna que no se va a utilizar en ese momento y almacenarla para dársela al bebé en otro momento. Un banco de leche casero permite mantener la leche en el congelador durante 6 meses, además es más económico y rápido que preparar un biberón.
La extracción de la leche materna debe hacerse con higiene. Es importante lavar con agua y jabón tus manos y el extractor o sacaleches, a ser posible esterilizándolo. Respecto a tus pechos, con la ducha diaria o pasando un paño suave humedecido es suficiente.
Recuerda cerrar bien el envase y anotar en el envase la fecha de la extracción, para utilizar primero la más antigua. La leche materna recién extraída aguanta la temperatura ambiente unas 4 horas, si no se va a consumir lo mejor es guardarla rápidamente en el frigorífico o en el congelador (en este último mejor una vez que esté fría).
Si has extraído mucha cantidad, es mejor dividirla y congelarla en envases individuales de una sola toma (unos 50 o 60cc, en función de la toma del bebé), así no desperdiciarás lo que sobre. Y recuerda que la leche descongelada, como los alimentos, no debe volver a congelarse. Es posible que una vez descongelada la leche tenga un olor diferente; no te preocupes, los expertos indican que se debe a una enzima (lipasa), que ayuda a evitar la proliferación de bacterias nocivas.
Por último, no hay que olvidar que la lactancia materna es una decisión de la mujer, que tiene el derecho de darla o no y a decidir hasta cuándo hacerlo.