Asturias es un paraíso natural en si misma. Singulares playas, lagos, montañas, valles, cascadas, etc. que merecen la pena visitar. Y uno de los enclaves astures más curiosos es el municipio de Cuevas, en Ribadesella. Y lo es por un doble motivo: porque acoge una cueva que tienes que visitar en coche (aunque se puede ir andando es aconsejable hacerlo en coche por la inexistencia de aceras adecuadas) y porque precisamente esa oquedad, denominada La Cuevona, es el único medio de acceso rodado a la localidad, enclavada a orillas del río Sella en la ladera de una montaña.
Uno de los extremos de La Cuevona.
Cueves (Cuevas, en Castellano) tiene apenas medio centenar de habitantes y pertenece a la parroquia asturiana de Junco, que a su vez se integra en el concejo de Ribadesella, del que dista unos 7 kilómetros en coche. En realidad tiene otro acceso, pero es por ferrocarril. Se trata de un tren de vía estrecha (FEVE) que haced la ruta entre entre Oviedo y Santander y que tiene en esta singular población un coqueto apeadero ferroviario junto a la ermita de la localidad.
Cuando circulas por los 300 metros que La Cuevona tiene de largo emerge al final el resto del espectacular valle y el núcleo de la localidad con un apreciable número de elementos típicos asturianos entre los que destacan los hórreos, numeroso elementos etnográficos, la ermita de Santiago y casas de arquitectura tradicional. De entre sus atractivos destaca la ruta de los molinos, que parte del propio pueblo y que resulta especialmente interesante porque permite disfrutar de varios de estos ingenios fluviales que antaño molían el trigo y el maíz para hacer harina y abastecer de pan a toda la zona.
Típico hórreo asturiano en la localidad.
La Cuevona de Cuevas, es un espectacular capricho de la montaña sin ninguna intervención humana y que sirve para acceder a la localidad como un túnel especialmente cincelado por la naturaleza que también es recorrido por un riachuelo.
En su recorrido, iluminado, se pueden observar vistosas estalactitas, estalagmitas o coladas de especial belleza, muchas de las cuales tienen nombre propio como La lengua del diablo o Las barbas de Santiago asignados por los lugareños.
Aunque mucha gente la recorre en coche ahora hay habilitados dos aparcamientos para poder realizar a pie el recorrido de entrada al pueblo y contemplar este hermoso paraje.
La ermita de Santiago.
La Cuevona se encuentra a tan solo 15 minutos en coche de Ribadesella. Desde Oviedo se llega en poco más de una hora por la A-64 y A-8 y desde Santander, el trayecto no llega a hora y media minutos por la A-8.
La zona reúne numerosos atractivos, con un turismo de naturaleza que ofrece numerosas rutas alternativas, al igual que los municipios colindantes de Tresmonte y Xuncu. Ribadesella es el núcleo que puede servir de partida para todas estas excursiones aunque hay posibilidad de contratar alojamientos rurales para disfrutar de estos parajes.
Y por supuesto degustar la tradicional gastronomía de la zona, con fabes, hortalizas y carnes de primera regados con la popular sidra asturiana.