La Unión Europea aprobará a mediados del próximo año nuevas medidas de economía circular que afectan de manera especial a las empresas como el nuevo reglamento de ecodiseño para productos sostenibles o la implantación de un pasaporte digital para esos productos, ante lo que la industria vasca comienza a prepararse con la adopción de iniciativas que aceleran el ritmo de descarbonización y la incorporación a una economía verde. Los retos tienen grandes dimensiones, admiten, pero los primeros pasos ya están dados y cuentan con la colaboración de las administraciones públicas.
El Congreso sobre Economía Circular Basque Circular Summit organizado por la sociedad pública Ihobe se ha inaugurado hoy en el recinto ferial Ficoba de Irun donde ha reunido a más de 600 profesionales de diversos sectores industriales interesados en conocer las experiencias más avanzadas en materia de sostenibilidad bajo la premisa de que esta cuestión se presenta como una oportunidad para la industria vasca de ser más competitiva en los mercados europeos. Según cálculos de Ihobe, la economía circular en Euskadi representa el 1,12% de su PIB con unos ingresos brutos anuales de 764 millones de euros.
“ Las empresas vascas más avanzadas reconocen las dificultades que afrontan las pymes, a las que recomiendan colaboración ”
Una mesa redonda participada por empresarios ha evidenciado que las empresas industriales de la CAV son conscientes de que hay que actuar con premura para adaptarse a las nuevas medidas que llegarán de la Unión Europea, entre las que destaca el requisito de que cada producto lleve acompañado un pasaporte digital en el que figuren aspectos como su impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida e información para facilitar su reparación, reutilización y reciclado.
CRITERIOS EUROPEOS
Europa también exigirá a partir de mediados del próximo año que esos mismos productos incorporen criterios de sostenibilidad como su durabilidad, reparabilidad, remanufactura, reciclabilidad o contenido de material reciclado, tal y como ha explicado el director del proyecto Fond Op del Centro de Consumo y Producción Sostenibles de Alemania, Thomas Wagner. Este proyecto se ha basado en una mochila que en 2016 obtuvo el máximo galardón alemán en sostenibilidad y que, seis años después, “no lo ganaría”. Trabajaron en este producto para adaptarlo a la economía circular y las principales conclusiones, según ha afirmado Wagner, fue que a pesar de ser un proyecto pequeño exige mucho esfuerzo porque requiere “nuevos recursos, personas, experiencia y colaboración”.
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Ha advertido del impacto que, sobre todo, tiene para las pymes por su menor tamaño, dado que van a tener que destinar muchos recursos para “analizar la cadena de valor en su totalidad, crear nuevas capacidades, cambiar sus productos, investigar nuevos materiales, realizar inversiones, cambiar su cultura y establecer colaboraciones”.
Algunas empresas industriales ya están dando pasos para llegar preparadas a mediados del próximo año. Uno de los ejemplos es la vasca Viuda de Sainz, cuyo director de industrialización, José Luis Fernández, ha explicado que el sector en el que desarrolla su actividad, el de la construcción, es maduro y no ha evolucionado mucho durante los últimos años en este ámbito. Frente a esta situación, Fernández ha considerado que se trata de un “sector crítico donde tomar decisiones” como ha hecho Viuda de Sainz, que ha diseñado un ecopuente reutilizable en varias obras que presenta un potencial de mejora de calentamiento global de un 77% respecto a las soluciones equivalentes de hormigón armado.
SECTOR ENERGÉTICO
Otro de los sectores económicos presentes en la mesa redonda ha sido el de la energía. Ana Álvarez, directora de Desarrollo Ambiental de EDP España, ha disertado desde “el otro lado de la barrera”, es decir, como empresa que no fabrica máquinas, sino que las utiliza. En este caso, ha explicado que su ámbito de actuación para reducir su huella ambiental son los proveedores de equipos, a quienes exigen criterios de sostenibilidad. A nivel interno, han diseñado una herramienta para evaluar la circularidad de los productos destinado a los empleados encargados de adquirirlos.
Uno de estos proveedores es Ormazabal Corporate Technology cuyo director gerente, Javier Larrieta, ha advertido de que cada vez son más los requisitos que les imponen sus clientes. Como ejemplo, ha citado que la productora y distribuidora de energía eléctrica y gas Enel, propietaria desde 2009 de Endesa, tiene un modelo de adjudicación de puntos en sus concursos por el que “quienes tienen menor impacto ambiental reciben tres puntos más, si tienes planes de reducción de carbono tienes otros dos puntos más y exigen cinco años de garantía, pero si eres capaz de ofrecer diez, tienes dos puntos adicionales”, ha indicado.
“ El próximo año la Unión Europea exigirá a todos los productos un pasaporte digital que acredite su circularidad ”
En el ámbito de la energía renovable se encuentra Siemens Gamesa Renewable Energy. Iñigo Ardanaz, director de Medio Ambiente, Seguridad y Salud de la firma en el sur de Europa y África, ha reconocido que, aunque “no es un trabajo sencillo porque conlleva a muchas personas desde la extracción de material hasta el reciclado del aerogenerador”, ya han implantado varios avances que han logrado reducir sus emisiones de carbono a la atmósfera y un retorno de la energía consumida.
MENSAJE A PYMES
Solicitado un mensaje para las pymes, Javier Larrieta ha trasladado que “es importante quitarse el miedo y crear un equipo estable”, mientras que Iñigo Ardanaz ha apuntado que “hay que querer y tener claro que en todo lo que se hace en la empresa importa la circularidad”. José Luis Fernández ha reconocido que “las pymes no tienen los mismos recursos que nosotros”, pero les ha recomendado “valentía, buen criterio y colaboración”.