Convertir los residuos en recursos. Es la esencia del reciclaje, cada vez más presente en la sociedad y que empieza a abrirse paso también en la industria. Los objetivos europeos para frenar el calentamiento global fuerzan al sector a dejar atrás su tono gris y subir al tren de la economía circular. Euskadi quiere acompañar a las industrias en ese viaje con empresas especializadas en la gestión de residuos con tecnología puntera. Un hito en ese camino será la planta que echará a andar en 2025 en Ortuella de la mano de la firma vizcaina Agaleus, que podrá gestionar 120.000 toneladas de residuos al año.
"Es un proyecto estratégico para Euskadi, un proyecto de país". Xabier Caño, CEO de Agaleus, defiende que la nueva planta de Ortuella es una muesca esencial en los engranajes que mueven la economía vasca en dirección al gran objetivo de cero emisiones netas en 2050. "Este proyecto servirá para que la industria vasca pueda ser más competitiva y cumplir con sus indicadores medioambientales", señala Caño. Y es que antes, en 2030, la hoja de ruta europea obliga ya a los gobiernos a presentar una reducción de emisiones de casi la mitad respecto a 2010, y además Euskadi se ha comprometido a reducir en un 30% la generación de residuos.
La nueva planta de Agaleus empezará a funcionar en 2025, aunque antes, ya el año que viene, comenzarán los trabajos preparatorios para la construcción de la instalación en el polígono La Barguilla. Es una operación compleja que, en primer lugar, requiere de la urbanización de la parcela y la adaptación de los accesos por carretera, de manera que los camiones que transporten residuos no atraviesen suelo urbano y puedan salir y entrar directamente desde la autovía.
Además, el arranque de la construcción de la zona donde se llevarán a cabo los procesos industriales requiere de los permisos correspondientes del departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, de ahí que se fije la fecha de inicio de actividad un par de años después de comenzar la obra de urbanización.
La nueva instalación, con una inversión de 18 millones de euros, asumirá los residuos que generen sectores industriales como la siderurgia o la automoción y los convertirá en productos aprovechables. "El ejemplo típico es el de los aceites de automoción, que se pasan por un proceso de centrifugación, se separa el líquido y el sólido y con el líquido salen bases regeneradoras para hacer lubricantes", explica el CEO de la empresa bilbaina.
Otros productos útiles que pueden devolverse a la cadena a partir de residuos son subbases para carreteras o materias primas para fabricar cemento. En el caso de los residuos líquidos, se reaprovechan en el proceso y los que no tiene posibilidad de reutilización se desviarán a la depuradora de Galindo, en Sestao, mediante un colector existente en la parcela.