La inflación ha pisado el freno de nuevo en agosto. Los precios siguen moderándose tras incrementarse este mes un 2,2 % con respecto al mismo periodo de 2023, un repunte seis décimas inferior al registrado en julio (2,8 %) y el más bajo desde junio de 2023 (1,9 %), según el avance del Índice de Precios de Consumo (IPC) publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Por su parte, la inflación subyacente, la que no tiene en cuenta la energía ni los alimentos no elaborados, considerados componentes muy volátiles, descendió al 2,7 % interanual en agosto, una décima menos que en julio. En cuanto al IPC armonizado (IPCA) anual se situó en el 2,4 %, cinco décimas por debajo del dato de julio de 2023, y permaneció sin cambios con respecto al mes pasado.
Por segundo mes consecutivo el IPC retrocede seis décimas, más de un punto en total, y encadena tres meses a la baja tras las subidas registradas en marzo, abril y mayo, que llevaron al indicador hasta el 3,6%.
Hacia el objetivo del 2%
Esta tendencia bajista sugiere que ¿estamos cerca del final de la crisis inflacionaria? El Ministerio de Economía empieza a ver la luz al final del túnel. El ministro Carlos Cuerpo destacó, en un vídeo enviado a los medios, que son “buenas noticias” porque el dato de inflación avanza en el “proceso de moderación de los precios hacia el objetivo del 2% del Banco Central Europeo”. Este objetivo de inflación es clave para que la máxima institución monetaria europea reactive en septiembre su política de recorte de tipos. En julio, el BCE los mantuvo en el 4,25 % tras el recorte de 25 puntos básicos de junio, el primero en ocho años.
Cuerpo sacó además pecho de las medidas económicas del Gobierno español, porque “permiten compatibilizar una de las mayores tasas de crecimiento de la zona euro con esta moderación de los precios y la recuperación del poder adquisitivo”.
Los analistas, en cualquier caso, se muestran cautelosos y recuerdan que las tensiones inflacionistas podrían repuntar si el IVA de la electricidad (ahora en el 10%) vuelve a encaramarse al 21%, así como el de algunos productos como el aceite de oliva, sin IVA desde el 1 de julio.
Carburantes y alimentos
La inflación se modera gracias al descenso de los precios del grupo de alimentación y bebidas no alcohólicas, frente a la subida de agosto del año anterior, pero sobre todo por los carburantes.
Precisamente las gasolinas han tocado mínimos del año a las puertas de la última operación retorno del verano. El diésel ha registrado su sexta bajada consecutiva, marcando su nivel más bajo desde hace un año.
Según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), correspondientes a la última semana, el litro de gasoil costaba de media 1,437 euros, un 1,1 % menos. En el caso del precio medio del litro de gasolina, se situaba en 1,565 euros, su nivel más bajo desde principios de febrero, tras descender por séptima semana consecutiva, un 1,13%.
Si nos fijamos en lo que cuesta llenar un depósito medio de 55 litros de gasolina con estos precios, nos saldría unos 86 euros, 8,6 euros menos que hace un año. En el caso de un vehículo diésel tendríamos que rascarnos algo menos el bolsillo: 79 euros, frente a los 88,6 euros en la misma semana de agosto de 2023.
Productos industriales
La otra cara de la moneda son los precios de las exportaciones e importaciones industriales, que ya suman tres meses al alza y marcan récord desde el arranque de 2023.
El Índice General de Precios de Exportación de los productos industriales subió un 1% en julio en relación al mismo mes de 2023, su mayor alza interanual desde marzo de 2023, mientras que los de importación lo hicieron en un 2,1% interanual, dos décimas más que el mes anterior y la cifra más alta desde febrero de 2023.