La inflación ha seguido la senda de la moderación en Euskadi en el último mes del año gracias al descenso de los precios de la energía y ha cerrado el ejercicio en el 5,4%, la cifra más baja desde noviembre de 2021. Y es que, desde agosto del año pasado, el IPC ha descendido de forma continuada, recortando cinco puntos porcentuales en cinco meses. El dato podría invitar al optimismo, si no fuera porque los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas sufrieron en diciembre un nuevo alza de dos dígitos respecto al mismo mes del año anterior: 15,1%.
Estos datos son similares a los registrados en el conjunto del Estado, donde el Índice de Precios al Consumo (IPC) subió un 5,7%, colocando a España como el país de la UE con la inflación más baja al cierre de 2022, mientras que la cesta de la compra registró un alza del 15,7%, su máximo desde el comienzo de la serie en 1994. Todas las categorías de productos alimentarios registraron subidas. Pero los huevos (29,8%), la leche (37,2%), los aceites y grasas (38,1%) y el azúcar (50,6%) fueron los que más se encarecieron. También destacan los repuntes de los productos lácteos (23,4), las patatas (22,6%), la carne de ave (15,1%), los preparados de legumbres y de hortalizas (15,7%) y la carne de porcino (13,8%).
El alza de los comestibles se ha convertido, por lo tanto, en el gran asunto por resolver, llenando el lugar que antes ocupaban los precios de electricidad y carburantes, ahora a la baja en medio de un invierno de temperaturas suaves, fuerte tirón de las fuentes renovables y caídas del crudo en los mercados internacionales.
Mientras, la inflación subyacente, la que excluye el precio de los productos volátiles como los alimentos no procesados y la energía, cerró diciembre en el 7%, tasa siete décimas superior a la de noviembre y la más elevada desde noviembre de 1992. Al respecto, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, culpó a las empresas de parte de este repunte. “Con los datos del IPC, y en algunos sectores, como en la alimentación, está claro que, homologando a un gallego como yo, (el líder del PP) Alberto Núñez Feijóo, hay alguien aquí que se está forrando. Algo hay que hacer aquí“, comentó Díaz en las Jornadas Confederales de UGT. Para Díaz, el hecho de que el precio de los alimentos se haya disparado casi un 16% hace “imposible” que una familia pueda hacer la cesta de la compra, por lo que defendió la necesidad de seguir trabajando desde el Gobierno y “dar un paso más” para ayudar a las familias.
“Con rentas salariales de 1.200 euros no se puede realizar la cesta de la compra de nuestro país. Vamos a ver lo que pasa en enero, pero un IPC de alimentos del 16% es imposible para una familia española. Tenemos que seguir trabajando desde el Gobierno”, sostuvo. De hecho, el dato del INE de ayer no recoge todavía la rebaja del IVA a los alimentos básicos como los huevos o la leche ni la supresión del descuento al combustible, en vigor ambas desde enero.
Sindicatos
Para ELA, “la escalada continua de la inflación subyacente” indica que las empresas trasladan el aumento de costes al precio final de los productos y servicios y “aprovechan la coyuntura para aumentar sus beneficios”. Los sindicatos en general criticaron ayer que, pese a la moderación del IPC en diciembre, la cesta de la compra sigue encareciéndose y la consecuencia es que empobrece a los trabajadores, ya que los salarios no crecen de igual manera.
“El precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas en diciembre fue un 15,7% superior que hace un año. El precio del azúcar ha aumentado un 50%, la leche un 37%, el aceite de oliva un 35%, los huevos un 29% y el arroz un 21%, el pan un 15% y la carne de ave un 15%, por poner algunos ejemplos”, destacó ELA en un comunicado. En este sentido, opinó que la medida anunciada por el Gobierno español de eliminar el IVA de los productos básicos “es claramente estéril y no tendrá prácticamente impacto en los precios de alimentación”.
Por su parte, UGT-Euskadi advirtió de que “la moderación del IPC no se ha trasladado a la cesta de la compra”, lo que tiene “efectos devastadores” para las personas trabajadoras, ya que en Euskadi “más de 350.000 personas asalariadas siguen sin subidas salariales”. En este sentido, la central sindical volvió a reclamar a las patronales vascas que “se sienten a negociar de buena fe”, especialmente en aquellos convenios que llevan “años sin subidas salariales”.