La última gran invasión de una especie invasora más conocida por el gran público es la de la avispa asiática (Vespa velutina), de la que cada verano desde 2010 se oye hablar y que entró desde Francia. Ya ha colonizado el norte peninsular y se espera que termine de expandirse por toda la península Ibérica en 2029.
No es el único ejemplo, otras expansiones más silenciosas son, por ejemplo, la del mejillón cebra (Dreissena polymorpha), que remonta de forma inexorable la cuenca del río Ebro causando cuantiosos daños en diversas infraestructuras de riego y distribución de agua. Por el Tajo se expande otra, la de la almeja japónica (Ruditapes philippinarum), que se introdujo en Lisboa como biofiltrador de metales pesados y que además de no ser tan eficaz en esta labor se corre el riesgo de que llegue al consumo humano a través de redes ilegales de furtivos que las comercializan.
El caso paradójico es el del cangrejo azul americano (Callinectes sapidus), cuyo interés comercial y explotación como producto gastronómico choca con el peligro que supone para las especies autóctonas del Mediterráneo su voracidad y su agresividad.
Para conciencienciar sobre esta problemática, diversas localidades de España y Portugal acogerán del 21 al 29 de mayo más de 150 actividades durante la II Semana sobre Especies Invasoras (SEI), organizada por la Red Portuguesa de Estudo e Gestão de Espécies Invasoras-Rede InvECO, la Plataforma Invasoras.pt y los proyectos Life STOP Cortaderia, a través de SEO/BirdLife, y Life Invasaqua.
"Las especies exóticas invasoras son una de las mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad del planeta, además de producir importantes impactos económicos y sobre la salud. Pese a todo, tanto ellas como sus impactos y las formas de prevenirlos siguen siendo poco conocidos por la sociedad", han subrayado los organizadores en un comunicado.
Para acabar con esta situación, se han programado jornadas de voluntariado, charlas divulgativas, acciones de gestión o rutas interpretativas en colaboración con más de 130 entidades, entre ayuntamientos, centros de investigación, ONG, universidades, empresas, centros educativos y museos, entre otros.
Especies que van a unirse a la lista de invasores en España
En relación al Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras se modifica el anexo único del Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto y se van a incluir varias especies nuevas. Dentro de la flora, el mioporo (Myoporum laetum), una árbol procedente de Nueva Zelanda que se emplea en la ornamentación de jardines y parques.
Entre la fauna de invertebrados, se incluye un coleóptero, el picudo rojo de las palmeras (Diocalandra frumenti), y tres himenópteros: la hormiga roja de fuego (Solenopsis invicta) la hormiga faraón, (Monoporium pharaoinis) y la hormiga loca (Nylanderia jaegerskioeldi).
De los vertebrados llegados, se incluye el pez Paramisgurnus dabryanus, característico de los acuarios y que se ha liberado en pantanos; así como todas las mangostas y suricatos, familia Herpestidae, con la excepción del meloncillo (Herpestes ichneumon), que es la especie autoctona de la península Ibérica
La actividad humana es la causa
Las especies exóticas invasoras son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad, junto a la destrucción de los hábitats, la contaminación o la explotación directas de especies, y su introducción, intencionada o no, está vinculada a la actividad humana.
Así, por ejemplo, el transporte de mercancías por tierra o mar de un extremo a otro del planeta es la principal vía de entrada del mejillón cebra, mientras que la caza y la pesca ayudan a la propagación de especies como el siluro, y la jardinería ornamental de plantas como el plumero de la Pampa.
Además de afectar a la naturaleza, las EEI producen impactos económicos derivados de su eliminación o la alteración de actividades como la apicultura, amenazada por la avispa asiática.
En paralelo, favorecen la transmisión de enfermedades a humanos, como las encefalitis que provocan el virus chikungunya, aparecido en Europa con la llegada del mosquito tigre, o el parásito baylisascaris, derivado de la introducción del mapache.
"Las especies exóticas invasoras forman parte de nuestro día a día y conocerlas ayuda a la detección temprana y a limitar su expansión. Eventos como la SEI ponen el foco y dan visibilidad a un problema que se ve incrementado por los efectos de la degradación de los ecosistemas y el abandono de usos tradicionales", según el delegado de SEO/BirdLife en Cantabria, Felipe González.