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La jornada de trabajo, a debate

La hostelería será uno de los sectores en los que más impacto tendrá esta medida. / Jose Mari Martinez Bubu

La intención del Ministerio de Trabajo de aprobar la reducción de jornada laboral hasta las 37,5 horas –sin merma salarial– para todos los trabajadores y con vigencia a partir del próximo 1 de enero va a tener un impacto menor en la Comunidad Autónoma Vasca que el resto de territorios debido a una composición de las relaciones laborales en la que la mayoría de convenios ya recogen tiempos de trabajo muy cercanos a los que el Gobierno de coalición quiere instaurar. En cualquier caso, sí tendrá más efecto en el sector servicios, donde las condiciones son, por lo general, más precarias que en la industria.

Las cifras en torno al número de trabajadores vascos sobre los que va a tener incidencia esta propuesta del Gobierno español –ya acordada con los sindicatos pero que no cuenta con el respaldo de las patronales– no son concluyentes, aunque un estudio de este año elaborado por CCOO Euskadi a partir del análisis de 95 convenios sectoriales calcula que afectaría a cerca de 195.000 los trabajadores asalariados a jornada completa –aquellos que trabajan por cuenta ajena y no son autónomos–. Teniendo en cuenta que, según datos de Eustat de 2023, la población laboral asalariada vasca fue de 807.900 personas, ese volumen supondría un porcentaje ligeramente inferior al 25% de la masa trabajadora. Por otra parte, otro informe de la misma central sindical, con estadísticas de la Encuesta de Población Activa correspondientes al tercer trimestre de 2023, sitúa a Euskadi como la comunidad con menos trabajadores (83%) afectados por la nueva normativa, entendiendo que el resto (17%) sí lo estaría.

En cuanto al volumen de horas, la idea del Gobierno rebajará la cifra de horas anuales para el trabajo hasta las 1.712,5. Las estadísticas del informe de marzo y abril de este año que elabora con carácter bimensual el Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi (CRL) muestran que, en los convenios vigentes en el presente año, la media de horas es de 1.686, con un volumen más alto en los acuerdos sectoriales (1.689) que entre los de empresa (1.676). En los acuerdos sectoriales de ámbito estatal con aplicación en la CAV la jornada media alcanza las 1.755 horas, según el informe del CRL.

POSTURAS

"Con esta reducción nos vamos a aproximar bastante a la media europea de horas trabajadas en la UE, que alcanza las 1.671", subraya Juanjo López, responsable de Acción Sindical de CCOO Euskadi. La central, junto a UGT, ha pactado las líneas maestras de la reforma del tiempo de trabajo en colaboración con el Ministerio que lidera Yolanda Díaz. Esta misma semana, la vicepresidenta segunda del Ejecutivo reiteró el compromiso del Gobierno para reducir la jornada y señaló que no debería haber impedimento para esta medida, ya que, según expuso en el Congreso de los Diputados, la jornada media pactada en el Estado en 2022 fue de 38,2 horas semanales en cómputo, y el 14% de las personas del sector privado tienen una jornada consensuada de 37,5 horas, en tanto que apenas el 8% de las personas asalariadas del sector privado trabaja 40 horas a la semana.

López destaca que, desde que se estableció la jornada de 40 horas en el Estatuto de los Trabajadores de 1983, no se había producido ninguna modificación en lo referente al tiempo de trabajo. "En algunos sectores sí que se han dado recortes en el número de horas en las últimas décadas, pero otros no han tenido la capacidad para hacer lo mismo. Además, la reducción no va a tener el efecto tan brusco sobre la economía del que habla la patronal, puesto que muchos sectores ya cuentan con una jornada más cercana a las 38,5 horas que a la de 40", expone.

De hecho, la intención del Ministerio de Trabajo es que, antes de que concluya el verano, y como paso previo al establecimiento de las 37,5 horas, se fije el máximo de las 38,5. En un informe presentado el mes de enero bajo el título Evolución de los salarios y tasa de cobertura: balance de 2023, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, y la secretaria confederal de Acción Sindical de la central, Mari Cruz Vicente, subrayaron que la rebaja hasta las 38,5 horas no tendrá "prácticamente" efecto, puesto que situaría la jornada laboral en 1.758,16 horas y la media de la jornada sectorial pactada con carácter anual es de 1.751,56 horas. Sin embargo, la reducción en 2025 con la introducción de las 37,5 horas semanales, implicaría un descenso mayor al año (39 horas). Y para las que mantengan una jornada de 40 horas, la reducción representaría casi 114 horas menos al año.

El empresariado no está de acuerdo con los cambios. El servicio de estudios de Cepyme, la patronal española de la pequeña y mediana empresa, estimó hace unos días que la medida costaría a la economía del Estado más de 40.000 millones de euros entre impactos directos e indirectos en el primer año. Desde Confebask subrayan que el Gobierno tiene "capacidad legítima" para impulsar el cambio y optan por la cautela a la hora de la valoración, pero sí admiten que la reducción de jornada es una medida "disruptiva" que va a impactar de forma "relevante" en algunos sectores. "Queremos que se respeten los convenios negociados y acordados, que se asientan sobre la base de un equilibrio entre salarios y jornadas. Todos sabemos lo que cuesta cerrar el pacto para un convenio", apunta Virginia Múgica, directora del área Jurídico-Laboral de la patronal vasca.

Sectores

Los grupos productivos que verán disminuido el tiempo de trabajo se concentrarán principalmente en agricultura, comercio, hostelería y construcción, explica Josu Ferreiro, profesor de Economía de la UPV/EHU. "Son los sectores en los que predominan las jornadas más largas. Más del 90% de esos sectores hacen más de 38,5 horas a la semana". En este aspecto, Ferreiro advierte de que eliminar 2,5 horas de trabajo a la semana impactaría en los costes laborales de las empresas, con un crecimiento de los mismos entre el 6 y el 7%. A su juicio, la reducción de jornada hacia la que se encamina el mercado laboral en España es "asumible" teniendo en cuenta que en la mayoría de las empresas se está más cerca de las 37,5 horas que de las 40 semanales. No obstante, las consecuencias en términos de competitividad empresarial serían menos perjudiciales si la productividad en las horas trabajadas aumentase, una posibilidad que considera poco probable ya que en el sector servicios es donde resulta más complicado elevar esos niveles. No lo ve de igual manera el representante de CCOO Euskadi.

"En 1983 se producía de una manera, pero ahora, con tecnología más rápida y efectiva, se hace de otra forma. A mayor tiempo de jornada de trabajo, menor producción por parte del trabajador, ya que presenta mayores niveles de agotamiento y cansancio, además de problemas vinculados a la ansiedad. Con esta reducción van a descender los riesgos para la salud laboral y se va a mejorar la calidad del trabajo desarrollado. Además, los sectores en los que se dan las jornadas más largas, como los de los servicios, son los que tienen una mayor concentración de trabajadoras y donde la precariedad laboral tiene rostro de mujer", dice Juanjo López.

HORAS EXTRA

La CEOE ha esgrimido algún tipo de compensación en el ámbito de la denominada distribución irregular de la jornada laboral para dar su visto bueno a la reforma, algo a lo que se opone el Ministerio y los sindicatos. En esta materia, la patronal proponía aumentar el cupo máximo de horas extras, actualmente establecido en 80 y que son de carácter voluntario para el trabajador. "Es un elemento que permitiría amortiguar el impacto que va a suponer para las empresas la reducción de jornada", aduce Virginia Múgica desde Confebask. No obstante, para el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, las horas extras constituyen "una lacra". "No vemos con buenos ojos el intercambio de reducción de trabajo ordinario a cambio de horas extras realizadas voluntariamente por los trabajadores, entre otras cosas porque mantenemos cierto grado de desconfianza a esa voluntariedad", ha señalado.

Otro de los aspectos sobre los que quiere incidir la reforma es que los contratos a tiempo parcial con una duración igual o superior a 38,5 horas semanales en 2024 o 37,5 horas en 2025 se conviertan automáticamente en contratos de trabajo a tiempo completo. Ferreiro alerta de que, en algunos casos, se puede llegar a la situación contraria, puesto que el descenso de jornada podría propiciar un crecimiento de los contratos parciales. "En los últimos meses ha bajado la temporalidad, pero han crecido la parcialidad y los fijos discontinuos", indica el docente. l

01/07/2024