Un tribunal correccional belga de primera instancia decidió hoy mantener en prisión preventiva a la eurodiputada griega Eva Kaili, imputada por pertenencia a organización criminal, corrupción y blanqueo de dinero en una presunta trama de sobornos en el Parlamento Europeo que salpica a Catar y Marruecos.
"La Cámara del Consejo ha prolongado la detención preventiva de E.K. durante un mes", informó la Fiscalía en un comunicado emitido horas después de la vista.
La defensa de la eurodiputada socialdemócrata, que había asegurado que Kailí "nunca fue corrompida", había solicitado que fuera liberada con un brazalete electrónico.
"Hemos demandado que Kaili pueda ser puesta bajo vigilancia electrónica con un brazalete, participa en la investigación de manera activa y rechaza cualquier acto de corrupción", había declarado su abogado belga André Risopoulos a la salida de la vista celebrada en el Palacio de Justicia de Bruselas.
"Jamás ha sido corrompida"
"Es inocente, jamás ha sido corrompida", había dicho su abogado griego Michalis Dimitrakopoulos, que ha viajado desde Atenas para la audiencia y la víspera visitó a su clienta en la prisión de Harem, en la que se encuentra desde que fue detenida el pasado 9 de diciembre por la policía belga.
Kailí, que ha sido destituida de la vicepresidencia de la Eurocámara pero aún conserva su escaño, fue arrestada pese a tener inmunidad parlamentaria porque las autoridades belgas consideraron que estaba cometiendo un delito flagrante.
En la operación, en la que hubo cerca de una veintena de registros y se decomisaron más de 1,5 millones de euros en efectivo, equipos informáticos y teléfonos, los agentes también detuvieron a otros tres imputados en el caso por las mismas acusaciones, que ya comparecieron el pasado día 14 en une primera vista judicial.
Kailí no pudo acudir a aquella audiencia por una huelga de funcionarios en su centro penitenciario.
La corte decidió entonces mantener en prisión preventiva al italiano Pier Antonio Panzeri, exeurodiputado, líder de la ONG Fight Impunity (Lucha contra la Intimidad) y presunto cabecilla de la red de sobornos, y también dejó en la cárcel a su compatriota Francesco Giorgi, asistente parlamentario en la Eurocámara y pareja sentimental de Kailí.
El tribunal sí liberó al "lobista" y secretario general de la ONG No Peace Without Justice (Sin paz no hay justicia), Niccolo Figa-Talamanca, pero le obliga a llevar un brazalete electrónico.
El 9 de diciembre también fueron detenidos el sindicalista italiano Luca Visentini y el padre de la eurodiputada, Alessandro Kailis, que fue detenido saliendo de un hotel con una maleta llena de dinero en metálico, pero ambos fueron liberados dos días después.
El caso salpica además a otros dos eurodiputados, el socialista belga Marc Tarabella y el socialista italiano Andrea Cozzolino, aunque no están imputados.
Tarabella, cuyo domicilio fue registrado y ha sido suspendido en su partido en Bélgica, asegura que es inocente y ha denunciado una "caza de brujas".
Cozzolino, que ha sido suspendido del grupo socialdemócrata en la Eurocámara, también sostiene que es inocente y ha pedido comparecer ante un juez para defenderse y renunciar para ello a su inmunidad parlamentaria, porque se le está sometiendo a "un juicio mediático".
Los abogados de la política griega, que ejercía como eurodiputada desde 2014 y como una de las catorce vicepresidentas de la Eurocámara desde enero de 2022, criticaron ante la prensa las numerosas filtraciones que se han desprendido de la instrucción y confirmaron que la Fiscalía belga ha abierto una investigación al respecto.
"Es una mera violación frontal de la instrucción y no soy el único que lo piensa: el fiscal general ha iniciado una investigación sobre esto", dijo Risopoulos.
Según las informaciones publicadas desde entonces por medios belgas e italianos como Le Soir y La Republicca, Kailí habría confesado a la policía su implicación en la trama y reconoció que pidió ayuda a su padre para deshacerse de dinero. Según ese relato, la eurodiputada no sabría nada del dinero, que era de su pareja.
Este, por su parte, también habría confesado estar implicado y habría eximido de cualquier responsabilidad a la madre de su hija, siempre según las filtraciones a la prensa.
En cuanto a Panzeri, habría reconocido pagos de 50.000 euros de Catar y Marruecos en 2019, después de haber abandonado el escaño de eurodiputado que ocupó entre 2004 y 2019.