vitoria – Agosto ya está cerca de abrirse paso, un mes en el que la cotización de los baloncestistas en el paro generalmente comienza a bajar de manera irremediable. Pues bien, todavía hay gangas interesantes disponibles a estas alturas en el escaparate con el fin de rellenar aquellas plantillas de la ACB y la Euroliga que todavía estén incompletas.
La crisis del coronavirus no ha impedido un verano más que los grandes transatlánticos del Viejo Continente hayan reforzado su armazón con las piezas más apetecibles del mercado, entre ellos un Baskonia que promete dar guerra con Wade Baldwin, Jayson Granger, Vanja Marinkovic, Simone Fontecchio y Matt Costello.
Sin embargo, también sorprende en este momento que un buen número de jugadores ilustres y de un indudable prestigio se encuentren en el paro y a la espera de la llamada de algún club en el que poder retomar su carrera profesional.
Y es que para los directores deportivos rezagados que no hayan hecho del todo sus deberes, aún hay tiempo y, sobre todo, alternativas válidas como para no perder la compostura. Casualidades del destino, además, varios jugadores en el paro tienen una relación directa con el Buesa Arena, donde en algunos casos dejaron un grato sabor de boca.
Son los casos, por ejemplo, de Zoran Dragic y Patricio Garino, actualmente disputando los Juegos Olímpicos con Eslovenia y Argentina, respectivamente, y a quienes un buen papel en Tokio puede facilitar su llegada a algún lugar de campanillas. En el caso del balcánico, el Olympiacos mantiene su interés en él desde que acabó la campaña. El argentino, martirizado por las lesiones en los últimos tiempos y que no ha sido capaz de relanzar su carrera en Kaunas con el Zalgiris, consumió su plazo para presentar una oferta de otro club de la ACB tras expresar su deseo de volver a España, donde el Baskonia sigue conservando sus derechos.
Dos temporeros llegados a Vitoria para la recta final de la temporada como Michael Roll y Frantz Massenat, que no aportaron prácticamente nada, también están pendientes de una llamada telefónica, si bien el ex del Armani Milan parece haber encaminado ya su carrera hacia un modesto de la Lega italiana como el Derthona Basket.
rostros conocidos
Micheal Eric o Janis Timma también se encuentran en una inquietante situación. El fornido poste nigeriano fue cortado semanas atrás por el CSKA, que ante la sorpresa generalizada pensó en él a mitad del pasado curso como recambio del lesionado Nikola Milutinov. Pese a que en los últimos días se le ha vinculado con el San Pablo Burgos de Zan Tabak, aún sigue libre. Lo mismo que el díscolo alero letón, cuya etapa en el Khimki ha vuelto a resultar decepcionante y es más noticia desde hace tiempo en la prensa rosa por su romance con la actriz y cantante Anna Sedokova que por sus méritos sobre la cancha.
Cualquiera de ellos podría tener un perfecto encaje en cualquier conjunto continental, aunque ni muchos menos son los únicos jugadores que los agentes están poniendo estos días encima de la mesa de los dirigentes europeos. Lo cierto es que, si hubiese dinero para ello, ahora mismo podría construirse una plantilla de muchos quilates con los baloncestistas en el paro.
Mientras Kevin Pangos –en el radar de un CSKA que también tiene un acuerdo cerrado con Alexey Shved– sigue deshojando la margarita con la NBA como posible destino y Mario Hezonja se encamina al Unics Kazan de Velimir Perasovic junto a Lorenzo Brown tras descartar su continuidad en el Panathinaikos, aún hay mucho bueno donde elegir.
En el puesto de base, por ejemplo, Errick McCollum, Stefan Jovic, Norris Cole no han encontrado acomodo en ningún lugar. Lo mismo le sucede a los aleros Austin Hollins, Tyler Dorsey o Nigel Hayes, que vienen de jugar al máximo nivel en el Zenit, Maccabi y Zalgiris, respectivamente. Por último, entre los hombres altos sin ataduras de ninguna clase, destacan Jonas Jerebko, James Gist, Kosta Koufos o Tarik Black.