Política

Inés Soria releva a Tapia al frente de las cárceles con el foco en la salud mental

La consejera socialista San José nombra a la jueza para abordar esta nueva fase tras la transferencia
Inés Soria. / Irekia

La renovación casi total que ha supuesto el Gobierno de Imanol Pradales ha traído consigo más relevos en el personal de confianza de las y los nuevos consejeros. En algunos casos, la expectación era mayor, como sucedía con el área de la justicia y la memoria porque ha cambiado de manos y la gestionará el PSE en lugar del PNV. Este miércoles se ha dado a conocer la identidad de la nueva asesora para las cárceles, una materia que gestiona Euskadi desde que el Estado le transfirió la competencia en octubre de 2021. La consejera María Jesús San José ha confiado la tarea a Inés Soria, una magistrada natural de Zaragoza, lo que supone optar nuevamente por un perfil del ámbito judicial como ya hizo el PNV con Jaime Tapia, que se jubila y deja el cargo. Pero, más allá de la coincidencia profesional, con este nuevo nombramiento se ha buscado una impronta más vinculada con la salud mental de las personas privadas de libertad, el principal problema que detecta el nuevo equipo en las prisiones vascas. Vinculado a este objetivo, se pone también el foco en las personas vulnerables y el reto de hacer accesible la justicia con un lenguaje más fácil, y que las personas presas comprendan su situación.

El equipo de San José ha apurado hasta el último momento el anuncio de esta decisión porque, en realidad, el nombramiento no será efectivo hasta el miércoles de la próxima semana, ya que debe cumplir una serie de trámites como que el Consejo General del Poder Judicial resuelva su solicitud de servicios especiales. Este paso es necesario porque Soria pertenece a la carrera judicial, una trayectoria que se remonta al año 2001. En la actualidad, es titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Bilbao, pero antes había sido la decana de los Juzgados de Barakaldo y ejerció en distintos juzgados del Estado. Soria es natural de Zaragoza, donde nació el 6 de mayo de 1974, y consiguió su primer destino en Santoña.

Quizás a diferencia de su antecesor, Soria no ha tenido tanta proyección pública, pero lleva diez años como miembro de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, un dato que ha valorado San José porque le proporciona un conocimiento amplio de la gestión pública y la relación con los órganos judiciales. Tiene un perfil técnico y experto en ese sentido. Por otro lado, forma parte de la asociación progresista Juezas y Jueces para la Democracia. Desde el departamento destacan de ella que ha sido ponente en diversos cursos y jornadas formativas, con el foco en la justicia restaurativa, la justicia terapéutica, la salud mental y las personas vulnerables que requieren una protección específica cuando entran en prisión, con el objetivo de que comprendan su situación, y que sus familias tengan un acompañamiento para que también lo entiendan.

La primera opción de San José

“La magistrada Soria tiene un perfil que buscaba para liderar el área de Instituciones Penitenciarias”, puso en valor la consejera en la nota enviada por el departamento, “pero también por su vocación de protección de derechos de las personas vulnerables, las que tienen más dificultad de relacionarse con la Administración y, por tanto, de asumir su paso a prisión y acogerse a su derecho constitucional de reinsertarse en la sociedad compatible con la debida protección a las víctimas”. San José defendió que Soria era su primera opción y ella aceptó de inmediato.

Los retos

Soria toma las riendas tras una primera fase de aterrizaje y asunción de la competencia, en una época donde la atención mediática se centraba en el devenir de los presos de ETA, aunque en los próximos años van a representar un porcentaje muy reducido de la población reclusa. El reto de la salud mental, las adicciones y los brotes psicóticos se antoja clave en un momento en el que se ha contabilizado una decena de suicidios desde el año 2017 entre un colectivo que asciende a las 1.500 personas en tres cárceles (Basauri, Zaballa y Martutene, a expensas del traslado a Zubieta). Otro de los desafíos será la redacción de una relación de puestos de trabajo para el personal de las prisiones. Tras anunciar este relevo, tendrá lugar entre el lunes y el martes un curso de verano sobre el reto de humanizar las prisiones, donde estará presente Jaime Tapia.

11/07/2024