Una mano de bronce del siglo I a.C., que incluye una palabra en vascónico antiguo, ha sido hallada en el yacimiento protohistórico de Irulegi. "Sorioneku", 'de buena fortuna', es la primera de las cinco palabras que ha podido ser descifrada en la que ya se conoce como la "mano de Irulegi", una representación en bronce de esa extremidad diseñada para colgar en la puerta de entrada de una casa, probablemente como un objeto ritual protector del hogar.
La mano ha sido encontrada en el marco de las excavaciones que se están llevando a cabo en el poblado de Irulegi, en el navarro Valle de Aranguren, habitado entre mediados de la Edad del Bronce (siglos del XV al XI a.C) y final de la Edad del Hierro (s. I a.C).
Un equipo de arqueología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi excava desde 2017 un poblado de la Edad Del Hierro ubicado en el citado monte, en las proximidades de Iruñea. La antigüedad de la pieza, que data del primer tercio del siglo I a.C., la convierte en un hallazgo excepcional, ya que se trata del documento más antiguo y también el más extenso escrito en lengua vascónica. De este modo se confirma, junto a otros hallazgos, el uso de la escritura por parte de los antiguos pobladores de esta zona, que se supone serían los vascones, que utilizaban para ello una variante del signario ibérico, el denominado "signario vascónico".
Una inscripción de hace más de 2.000 años
La inscripción consta de cinco palabras con 40 signos distribuidas en cuatro líneas. El sistema gráfico empleado para escribir el texto pertenece al sistema ibérico, pero presenta algunas características que llevan a catalogarlo como un sistema específico del territorio vascón.
Destaca el parecido entre la primera palabra, sorioneku, y el vocablo vasco zonioneko (de buena fortuna, de buen agüero). El resto de la inscripción no ha podido ser descifrada hasta el momento.
Hallada en junio de 2021
La "mano de Irulegi" fue hallada el 18 de junio de 2021 junto a la entrada de una de las viviendas excavadas en el yacimiento. Sin embargo, la inscripción no fue descubierta hasta el pasado 18 de enero, cuando se iniciaron las labores de limpieza y restauración de la pieza. Desde entonces viene siendo investigada por un equipo multidisciplinar de arqueólogos, geólogos, restauradores, químicos, epigrafistas y lingüistas. Entre otros ha estado compuesto por Javier Velaza, catedrático de Filología latina en la Universidad de Barcelona, Joaquín Gorrochategui, catedrático en Lingüística Indoeuropea en la Universidad del País Vasco y Berta Balduz, restauradora del Gobierno de Navarra.
Según los investigadores, la inscripción representa el texto antiguo más extenso en lengua vascónica conocido hasta el momento junto con los testimonios de las monedas acuñadas en esta zona y otros epígrafes. Su atribución es debatida, como el mosaico de Andelo, el bronce de Aranguren y una inscripción sobre piedra de Olite, que viene a mostrar el uso de la escritura por parte de los antiguos vascones.
El testimonio supone también una singularidad en cuanto a la tipología y morfología del soporte, una mano clavada con los dedos hacia abajo, y a la técnica inscriptórica empleada, con un punteado después de un esgrafiado.
Detalles de la pieza
La pieza es una lámina de bronce lisa en el lado de la palma, pero en el del dorso presenta la forma de las uñas, aunque no se han conservado, debido a su fragilidad, las correspondientes a los dedos anular, corazón e índice. Sus medidas son 143,1 mm de altura, un grosor de 1,09 mm y una anchura de 127,9 mm. Su peso es de 35,9 g.
En el centro del extremo cercano a la muñeca presenta una perforación y el lugar en el que se encontró, su morfología y decoración, así como la inscripción confirman que se trata de un objeto ritual que se colgaba en la puerta de entrada de la vivienda, con el fin de que protegiera el hogar.
Contexto arqueológico
El objeto ha sido encontrado en el yacimiento arqueológico del poblado situado en la cima del monte Irulegi, en la base del castillo del mismo nombre. Se trata de un asentamiento habitado, desde la Edad del Bronce medio tardío (entre los s. XV y XI a.C), hasta el primer tercio del s. I a.C, cuando fue abandonado tras ser incendiado por tropas romanas.
Yacimiento de singular importancia
El yacimiento arqueológico en donde se ha encontrado la mano de Irulegi se sitúa en la zona más exterior del antiguo poblado. Se trata de una zona abierta con una superficie de 370 m2, en la que han aparecido dos viviendas de unos 70 m2 y parte de la vía principal, de 4 metros de anchura.
Su excavación es de singular importancia, dado que ofrece una imagen congelada de la época. Esto se debe a que el poblado fue incendiado y los muros cayeron sobre las viviendas, sepultando, pero también protegiendo, lo que se encontraba en su interior. Ello ha permitido encontrar cerámica y objetos cotidianos en buen estado de conservación.
La Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana ha tramitado la incoación del expediente de declaración del Conjunto de Irulegi como bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica.