El Gobierno de Navarra, a través del Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura, mostrará a la ciudadanía navarra, este jueves 29 de diciembre por la tarde, la Mano de Irulegi, pieza de bronce del siglo I a.C. que contiene la inscripción en lengua vascónica más antigua. La exhibición de este hallazgo arqueológico se desarrollará entre las 16:30 horas y las 20:00 en la sala de exposiciones del Planetario de Pamplona / Iruña con entrada libre.
A su vez, se ha organizado una charla por parte de las personas que han intervenido en su descubrimiento y estudio. En concreto, participarán Jesús Sesma, arqueólogo del Gobierno de Navarra; Mattin Aiestaran, de la Sociedad de Estudios Aranzadi y director de la excavación en Irulegi; Berta Balduz, restauradora del Gobierno de Navarra; y los lingüistas Javier Velaza, de la Universidad de Barcelona, y Joaquín Gorrochategui, de la Universidad del País Vasco.
Las diferentes conferencias comenzarán a las 19:00 horas con entrada libre y hasta completar aforo, si bien, para poder acceder a las ponencias será necesario retirar en el Planetario una invitación previa para un máximo de dos personas en el siguiente horario: miércoles 28 de diciembre, de 10:00 a 14:00 horas, y el jueves 29, de 10:00 a 14:00 horas y de 16:30 a 18:30 horas.
Será la segunda vez que se muestre esta pieza, ya que el pasado día 16 pudo ser observada por escolares, colectivos y vecindario del Valle de Aranguren, localidad donde se produjo el hallazgo de la Mano de Irulegi.
‘Sorioneku’
La Mano de Irulegi es una pieza de bronce diseñada para colgar en la puerta de entrada de una casa, a modo de objeto ritual protector del hogar y en la que ha podido ser descifrada una de las cinco palabras que aparecen: “Sorioneku” (de buena fortuna).
Su antigüedad, primer tercio del siglo I a.C., la convierte en un hallazgo excepcional, ya que se trata del documento más antiguo y también el más extenso escrito en lengua vascónica que se conoce hasta la fecha. Junto a otros hallazgos, viene a confirmar el uso de la escritura por parte de los antiguos pobladores de esta zona. Estos utilizaban para ello una variante específica del signario íbero conocida como “signario vascónico”.