Lo dicen los expertos y lo confirman los responsables empresariales. La automatización y la digitalización son dos procesos que van a definir la industria del futuro. Y para ello es conveniente dar pasos de forma inmediata. El sector de la máquina-herramienta, fundamental para la economía vasca, lleva años trabajando en esa dirección, pero los acontecimientos que se están desarrollando en los últimos están impulsando aún más si cabe la velocidad en estas transformaciones. La transición digital que se abre paso en todas las esferas de las sociedades occidentales se imbrica con la ecológica, que en en el caso de la industria va requerir que adapte sus líneas de actuación a una nueva clave de sostenibilidad y eficiencia energética, sobre todo teniendo en cuenta que este último concepto, el de la energía, ya está ahogando el funcionamientos de economías europeas tan importantes como son la de Alemania o el Reino Unido.
Por ello, las empresas que se dan cita hasta mañana en la trigesimosegunda edición de la Bienal Internacional de Máquina-Herramienta en el Bilbao Exhibition Centre (BEC) ya exponen en muchos casos productos de alta tecnología y fabricación avanzada. Constituye, además, un factor esencial para competir con un valor añadido en los exigentes mercados internacionales, donde las políticas de bajos costes laborales y de subvenciones en países como China amenazan con quebrar la competitividad europea.
La Bienal cuenta con secciones específicas dedicadas a los subsectores más destacados de la actividad industrial. En este sentido, la gran novedad de esta edición es un área nueva dedicada a la robotización y la automatización, que se suma a las ferias paralelas de la Bienal, como la centrada en la fabricación aditiva e impresión 3D y la que conecta al espectro industrial con el formativo. Las viejas máquinas utilizadas de forma manual por los trabajadores han quedado reemplazadas por modernos artilugios con brazos robóticos que, no obstante, siguen necesitando la fuerza de trabajo humana para su uso, aunque en este caso mediante paneles digitales con teclados informáticos.
En cualquier caso, ahora, como en el pasado, se siguen necesitando trabajadores con los conocimientos adecuados. En la reciente presentación de sus resultados, AFM Cluster, la organización que agrupa a las empresas de máquina-herramienta, subrayó que el “gran desafío” al que se enfrenta el sector de la fabricación avanzada “tiene que ver con la dificultad de encontrar personas cualificadas”. “A la bajísima natalidad se le suma la escasez de vocaciones industriales y la dura competencia entre los diferentes sectores de la economía para atraer a ese bien tan escaso como imprescindible que son las personas; en el caso de la fabricación avanzada con el añadido de la necesidad de cualificación y formación ‘ad hoc’. Ello nos obliga a reforzar nuestro atractivo y, en especial, a ser capaces de comunicar apropiadamente ese atractivo, en gran medida desconocido, a los jóvenes y la sociedad en general”.
En su informe de resultados del año 2023, AFM Cluster destacó los incrementos, tanto en producción como en exportación, del apartado dedicado a ‘Componentes, equipos y software’. Así, en la producción se alcanzaron los 381 millones de euros, mientras que las ventas al exterior supusieron 234 millones. Aumentos del 22% en el primer caso y del 12% en el segundo, lo que demuestra la pujanza de todo lo vinculado a los cambios tecnológicos.
El sector empresarial de la máquina-herramienta es capital para las economías vasca y navarra. En la CAV, exportó por valor de 888 millones de euros en el año 2023, lo que supone el récord de la serie histórica, según datos publicados por Eustat con motivo de la celebración de la Bienal . Durante el año 2022 el sector facturó 1.097,2 millones de euros, en valores nominales, lo que supone la cifra más alta de la serie contemplada, superando en un 11,7% los 1.043,4 millones alcanzados en 2018, segundo valor más alto. En el año 2023 se estima que el crecimiento se ha situado en torno al 12%. El empleo del sector también creció en 2022, incrementándose en 138 personas respecto a 2021. La mano de obra dedicada a esta actividad ha permanecido relativamente estable a lo largo de los últimos años, siempre por encima de los 4.000 efectivos, fluctuando entre el mínimo de 3.995 registrado en 2021 y los 4.536 de 2010. Las 4.133 personas empleadas en 2022 representan algo más del 2% del empleo total de la industria. Más del 60% de los establecimientos vascos se asientan en Gipuzkoa.