La maquinaria política vasca comienza a pisar el acelerador

A los medios nos toca calibrar qué es información o mera propaganda electoral

Los profesionales de la prensa vivimos las próximas elecciones con sobreinformación. Tenemos acceso al contenido de ponencias, accedemos a las ruedas de prensa, recibimos discursos embargados, llamadas de los departamentos de comunicación y en ocasiones hasta conocemos las tácticas para atrapar el voto de las formaciones que concurren a las urnas. Además coincidimos en la distancia corta con los candidatos que pasan por nuestras redacciones. Ni que decir tiene que todas estas pistas nos permiten tener ciertas claves que resultan también muy interesantes para el debate en la barra del bar.

El electorado sin embargo accede a estas elecciones por lo general con un grado de conocimiento menos exhaustivo: o no quiere saber más o simplemente no lo necesita para depositar su papeleta a los de siempre. Obviamente el que quiere informarse puede hacerlo, para eso estamos los medios de comunicación, cada uno de nosotros con su particular línea editorial y visión de la batalla política. 

En este punto en el que nos encontramos todas las formaciones están de precampaña, nos bombardean con frases hechas, citas literarias cameladoras, y mantras que pretenden que coloquemos en nuestras informaciones para que sus discursos calen en la opinión pública. A nosotros nos toca calibrar qué son noticias o simple propaganda fabricada con sentido electoral en potentes gabinetes de marketing. Unos defienden su gestión y el logro de estándares de calidad de vida difícilmente discutibles, otros les piden reconocer los errores dibujando un panorama aterrador si no se consigue un pretendido vuelco electoral que decidirán los votantes: los que se informan y quienes sólo ven a través de las siglas. Vamos, lo de siempre. Han cambiado las caras pero la maquinaria política sigue en los mismos parámetros de siempre. Tengas o no la razón, lo importante es que se la den a uno.

Etiquetas
06/02/2024