El Gobierno y las comunidades se han visto esta tarde por primera vez las caras este año en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, con un tema candente, el adiós a las mascarillas en el transporte público. Un adiós que marca el final simbólico de la pandemia ya que es la última restricción en la vida cotidiana de los ciudadanos, justo tres años después de que la Organización Mundial de la Salud declarase el covid como emergencia sanitaria internacional.
Pero además de en autobuses, trenes o aviones, las protecciones faciales dejarán de ser obligatorias la semana que viene también en establecimientos sanitarios como ópticas, ortopedias o centros de audición. Habrá que seguir poniéndoselas, sin embargo, en centros sanitarios y sociosanitarios y en las farmacias.
Algunos consejeros habían pedido explicaciones al Ministerio y se quejaban de que la medida se hubiese tomado de forma unilateral. Otros, sin embargo, celebran la decisión que supone la auténtica “vuelta a la normalidad”.
Como ya se informó la semana pasada, a partir del 8 de febrero los ciudadanos podrán quitarse la mascarilla en el transporte público, pero también en establecimientos como ópticas y centros auditivos. No obstante, habrá que seguir poniéndosela en centros de salud, hospitales, residencias y demás centros sanitarios y sociosanitarios, sean trabajadores o visitantes, así como en las boticas.
EL 8-F, LA MASCARILLA DESAPERECERÁ DE NUESTRAS VIDAS
La modificación de la norma que aprobará el Gobierno de Pedro Sánchez el próximo martes entrará en vigor cuando se publique en el BOE, lo cual ocurrirá previsiblemente al día siguiente, es decir el miércoles 8 de febrero.
Pero, a menos de siete días de que el cubrebocas prácticamente desaparezca de nuestras vidas, los expertos siguen apelando a la prudencia y a la sensatez para que se use la mascarilla “en espacios cerrados, poco ventilados, especialmente los más vulnerables y no solo frente al covid, sino también frente a otros virus respiratorios”.
Es por ello que algunos epidemiólgos abogaban por esperar hasta marzo, una época en la que ya circularán menos infecciones respiratorias, para su retirada definitiva. Sin embargo, el comité de Salud Pública ha estimado que la buena situación epidemiológica permite dar carpetazo a una restricción que lleva en vigor desde hace más de 900 días.
Y es que fue el 20 de mayo de 2020 cuando se publicó en el BOE la orden que regulaba su uso obligatorio. Desde entonces, de forma progresiva en 2022, se fueron retirando en otros espacios. En febrero se prescindió de su uso en exteriores, y en abril en interiores, con las excepciones del transporte público y los espacios sanitarios y sociosanitarios.