Casi la mitad de las mujeres vascas de más de 85 años son usuarias del servicio de teleasistencia avanzada de Euskadi betiON del Gobierno vasco. En total 68.817 personas usan la medalla roja de ayuda. El perfil de la persona usuaria es el de una mujer, de más de 80 años, que vive sola. Y es que las personas mayores de 80 años suponen cerca del 80%, y la edad media de las personas usuarias es de 84 años.
“El servicio de teleasistencia público vasco es un ejemplo de cómo las nuevas tecnologías pueden favorecer los cuidados”, señalo Nerea Melgosa, consejera del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, quién visitó ayer las instalaciones centrales de betiON en Bilbao. Según recordó, el servicio de teleasistencia avanzada es uno de los proyectos tractores de la estrategia vasca con las personas mayores. Se trata de un servicio de atención telefónica permanente en el domicilio, las 24 horas del día y todos los días del año, atendido por personas específicamente preparadas para dar respuesta adecuada a situaciones de emergencia o necesidad social.
La teleasistencia “es mucho más que una alarma para cuando se produce una caída”, tal y como destacó Melgosa. Según la consejera, el Gobierno vasco impulsa un modelo de teleasistencia basado en el paradigma de la atención centrada en la persona, que da respuesta a las necesidades específicas de cada una de las personas usuarias. “Es además una de las herramientas más poderosas para propiciar y facilitar desde una acción cada vez más predictiva y avanzada, el deseo de la mayoría de las personas mayores de seguir viviendo en sus casas”.
“Queremos –añadió– promover acciones para el abordaje de la soledad. Queremos promover el mantenimiento en el entorno habitual del domicilio desde el desarrollo de servicios de prevención y detección. Queremos promover el autocuidado y las tecnologías del bienestar para el cuidado en el hogar. Y queremos prevenir la pérdida de autonomía. En todas estas aspiraciones aparece betiON como herramienta”. Se trabaja entre otros con un programa de apoyo a la persona cuidadora; un protocolo de detección de maltrato; un programa de detección de riesgo de suicidio; y un proyecto piloto de adaptación del servicio a las personas con deterioro cognitivo, demencias o Alzheimer y a sus familiares. Actualmente, 219 personas están incluidas dentro del protocolo de prevención de casos de malos tratos. Otras 364 usuarias y usuarios están monitorizadas dentro del protocolo de prevención de suicidios. Y 93 personas participan en el Programa de Teleasistencia de Apoyo a Personas Cuidadoras.