El lunes, precisamente, hablaba con Mai, pero no me dijo nada de que dejaba el fútbol. Esta decisión me imagino que la tendría tomada desde hace tiempo, porque no es fácil que Mai Garde deje el fútbol. No es fácil porque lo ama. Desde que coincidí con ella en el Txantrea fue una jugadora especial. No solo en lo futbolístico, sino también en el día a día.
Una persona que siempre te pone las cosas fáciles y que, aparte de sacrificarse para jugar siempre, te tiende la mano ante cualquier problema, ya sea táctico o de vestuario. Un ejemplo en todos los sentidos. Todo equipo necesita una líder y ella lo es. Lo que más me gustaba de nuestra etapa en el Txantrea era los ánimos que daba al equipo en los malos momentos, capaz de sacarte una sonrisa cuando nadie estaba con ánimo. Después de tres años, dio el salto al césped regresando a Osasuna. En su momento me produjo un shock, pero fue una decisión completamente entendible. Los que la conocemos por amistad sabemos que el Club Atlético Osasuna es el equipo de su vida y no podía desaprovechar esa oportunidad.
El anuncio de su retirada puede servir de incentivo a un equipo que está realizando una gran temporada. Un mensaje de que lo ha dado todo para dejar a su equipo lo más arriba posible. Cada uno tiene lo que se merece y ella ha inculcado unos valores en cada vestuario en el que ha estado, ha sido un ejemplo tanto dentro como fuera de la pista. Solo tengo palabras de agradecimiento hacia ella por todo lo que me ha enseñado y lo que hemos disfrutado juntos.
*El autor es amigo personal de Mai Garde y fue su entrenador en el Txantrea de fútbol sala de 2014 a 2017