La Mesa de Agricultura y Cambio Climático se reunió este viernes para analizar la situación en el sector agroganadero vasco ante la subida de precios de las materias primas y la escasez de lluvias de los últimos meses. Antes de que la sequía se convierta en una amenaza, el Gobierno vasco y el sector acordaron varias medidas preventivas, entre ellas plantar nuevos cultivos de forraje y habilitar nuevos regadíos. Los asistentes al encuentro, presidido por la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, reconocieron que aunque la sequía todavía no ha afectado a toda la sociedad, “sí golpea con fuerza a los profesionales de la agricultura y la ganadería”.
“El cambio climático es una realidad y las previsiones exigen anticipación y acompañamiento al sector”, señaló el Gobierno vasco. En un informe fechado el pasado miércoles, la Agencia Vasca del Agua (URA) indicó que los volúmenes almacenados en los embalses de Euskadi oscilan entre el 71 y el 100%, una situación menos favorable que la de hace un año, cuando estaban entre el 81 y el 100%. “Por lo tanto, el almacenamiento es menor que lo habitual en estas fechas, y aunque sigue suponiendo una situación que no conduce a adoptar, en este momento, medidas de emergencia referidas al abastecimiento que sigue estando garantizado para más de un ciclo anual completo, hay que tener en cuenta el impacto que esta tendencia está teniendo ya en los ecosistemas”, subrayó el Ejecutivo.
El informe sobre el impacto que pueden provocar en la agricultura los 13 meses consecutivos con lluvias por debajo de los niveles considerados como normales advierte de que ese sector se va a ver afectado, sobre todo en Araba, donde las elevadas temperaturas y la falta de agua pueden perjudicar sobre todo la cosecha de cereal.
Es por ello que la mesa planteó una batería de iniciativas que tienen por objetivo mitigar los problemas que la falta de agua puede provocar en la alimentación del ganado y el mantenimiento de las huertas. Entre ellas destacan habilitar nuevos regadíos, en función de las necesidades, en las zonas para cultivos forrajeros ubicados en la vertiente cantábrica, que son normalmente de secano. También se habló de sembrar forrajes como cultivos secundarios y tomar medidas de siega en verde para forrajes de cultivos que tradicionalmente se destinan a grano (cereales, guisantes, cultivos fijadores de nitrógeno, etc.). Además, se propuso incentivar la implantación de cultivos forrajeros en terrenos pertenecientes a áreas abastecidas por balsas en las que hay más agua que las necesidades de cultivos implantados actualmente; adquirir forraje seco fuera de Euskadi, que cubra un porcentaje de la producción local, y volver a reactivar para la adquisición de forraje para las explotaciones de Euskadi el instrumento financiero existente habilitado el año pasado durante la guerra de Ucrania.
Vigilancia
En su intervención, Tapia insistió en que no existen problemas generales de abastecimiento de agua para la ciudadanía de aquí a un año, pero que aunque la situación haya mejorado con las recientes lluvias en Bizkaia y Gipuzkoa, se debe estar vigilante y empezar a actuar ya. En este sentido, la consejera puso el foco en la alimentación de los animales de las explotaciones vascas por la gran dependencia de forraje comprado en otros territorios y país, con altos precios. “Las ayudas deben ser muy puntuales y para determinadas situaciones. Necesitamos analizar lo que está ocurriendo en cada momento”, explicó.
El representante de EHNE Andoni García hizo hincapié en que el abastecimiento de las necesidades alimentarias del ganado en Euskadi se puede agravar con la falta de agua, pero insistió en que es un problema previo porque Euskadi no es autosuficiente y depende de la compra en unos mercados “sometidos a una especulación brutal”.
El sector apuesta por trabajar desde las instituciones medidas de apoyo y de transformación del modelo actual para transitar hacia otro más sostenible con la plantación de forraje en Euskadi, práctica en la que ha dicho que ya se han embarcado jóvenes agricultores, para los que ha pedido ayudas con el fin de que puedan asentar sus rentas. “No podemos mantener modelos dependientes, que chocan con el cambio climático y que necesitan energía y alimentación del exterior. Hay que cambiar hacia un modelo más sostenible”, defendió.
El Gobierno vasco ha elaborado además unas guías para que los cultivos en general se puedan desarrollar de la forma más eficaz posible. Para mejorar la gestión del agua las medidas pasan por reducir las fugas en la redes y la digitalización de los sistemas de control y seguimiento; por la profesionalización de los entes gestores y la mejora de su capacidad técnica y económica, así como por la sensibilización para el uso responsable y el ahorro del agua a través de campañas y nuevas guías de buenas prácticas de riesgo.
Al respecto, la consejera dejó claro que se trata de compromisos que deben ir adaptándose en función de las necesidades y de las previsiones meteorológicas.