"En recuerdo de los residentes en esta casa que padecieron abusos y vejaciones y en testimonio de cercanía, solidaridad y afecto con ellos". Este es el texto de la placa que ha sido colocada este martes en los jardines de la Casa de la Misericordia de Bilbao, a los pies de una encina, plantada en memoria de los menores que sufrieron abusos sexuales por parte del que fuera director del centro, José Luis Pérdigo, y "algún otro religioso" en las décadas de los años 60 y 70.
Ambos símbolos han sido colocados y presentados esta tarde a los miembros de la Junta de la Casa de la Misericordia en un "acto privado" y sin presencia de las víctimas.
Con la plantación de esta encina, a cuyos pies se ha instalado la placa, se da respuesta a la demanda de dos de las víctimas, José Ramón Blázquez y Joseba Imanol Ibarra, quienes llevaban meses reclamando un memorial para que los menores abusados en La Misericordia no cayeran en el olvido.
Las víctimas, sorprendidas
Tal y como manifestaron el mes pasado, al conocer que se iba a atender su reivindicación, la colocación de estos símbolos significa para ambos "poner punto y final a una época larga de sufrimiento”.
“Para mí se cierra ese capítulo porque es un reconocimiento de lo que ocurrió, no solo por mí, sino por todos los demás, y quedará simbolizado para siempre en ese árbol y esa placa”, subrayó entonces José Ramón Blázquez, quien expresó su deseo de participar en su colocación y hoy se muestra apenado por no haber podido llevarlo a cabo.
Joseba Imanol Ibarra también ansiaba poder pasar página con la instalación de este memorial en recuerdo de "los compañeros fallecidos que no han podido denunciar y los que no se han atrevido". “Nosotros también tenemos ganas de hacer borrón y cuenta nueva, de tener un poco de paz y sosiego y este acto será nuestra reparación”, decía esperanzado entonces, si bien hoy también expresaba su sorpresa por no haber sido ni siquiera informado de su colocación. "Nos hubiera gustado estar recordando a nuestros compañeros", manifestó.