La Diputación ha colocado pantallas acústicas a lo largo de más de 30 kilómetros de carreteras del territorio, 16 de ellas en la autopista A-8 y AP-8 y el resto en otras zonas de la red viaria. La política foral por minimizar la contaminación sonora de las viviendas que se asoman a las grandes vías de comunicación se ha centrado en el trazado de la autovía en zonas como Bilbao, Barakaldo, Iurreta, Berriz o Ugao-Miraballes, pero también ha llegado a otras vías con menos tráfico en Ortuella, Bermeo, Durango o Sondika. Además, todas las nuevas infraestructuras que se planean ya contemplan de base la minimización de sus molestias sonoras.
Precisamente este mes comenzará el desmontaje de las pantallas acústicas del viaducto de la BI-637 del corredor de Uribe Kosta, para proceder a su rehabilitación con el fin de que sigan manteniendo el nivel de servicio necesario para minizar de manera efectiva la contaminación acústica. Con un presupuesto de 512.000 euros, se desmontarán 550 metros de pantallas de metacrilato y dos metros de altura, se someterán a un tratamiento y se volverá a colocar en febrero y marzo del próximo año.
En 1999, y con la finalidad de establecer una estrategia de actuación que mejorase la situación acústica de las viviendas ubicadas en el entorno de las carreteras forales, el entonces departamento de Obras Públicas y Transportes de la institución foral puso en marcha el Plan de Lucha contra el Ruido. Desde esa fecha, se han venido desarrollando actuaciones para mejorar la calidad sonora en el exterior de las viviendas, basadas en instalar pantallas acústicas.
El municipio que más kilómetros de pantallas acústicas suma de todo el territorio es Bilbao, con algo más de 6,5, principalmente para paliar el ruido que genera la autopista A-8 a su paso por la capital vizcaina, pero también en la BI-625 o en la BI-631. Le sigue Zornotza, con 5,1 kilómetros de protección frente a la A-8 pero también dispuestos en la BI-635. A mayor distancia se sitúan ya municipios como Galdakao (1,8 kilómetros), Berriz y Derio (con 1,7 cada uno de ellos), Iurreta (con 1,3) y Leioa, Ortuella y Trapagaran (con 1,1 en cada uno).
La altura que alcanzan las pantallas, así como el material con el que están construidas, es variable. Van desde un mínimo de un metro –por ejemplo en Berriz o Mungia– a los seis a los que se elevan en Sondika o Loiu o los nueve que llegan a medir en Bilbao, junto a la BI-631. En cuanto al tipo, las más comunes son de madera, metacrilato, metal, vegetales , hormigón o combinaciones mixtas.